Tokonoma de Perujo Audio, firma de autor

En un punto laboral de mi vida lleno de trabajo, recibo la llamada de Carlos Perujo, alma mater de la empresa que lleva su nombre, Perujo Audio; y me ofrece probar unos altavoces de nombre curioso, Tokonoma. Mi primera reacción fue declinar el ofrecimiento, pero cuando recibo por WhatsApp las fotos del producto, me reorganizo la agenda como puedo y adelante. Por diversas causas, el envío se demora y empezamos a estresar los plazos. Pero antes, un poco de historia sobre el nombre.

Según la definición de la Wikipedia: “Un tokonoma es un cubículo o pequeño espacio elevado sobre un washitsu, una habitación de estilo japonés con suelo de tatami, en donde se cuelgan rollos desplegables decorativos con pinturas (kakemono)”. Pero estos altavoces no deben su nombre exactamente a esto, sino a otra vuelta del destino. Carlos recibió una solicitud de producto a medida para un sello discográfico ubicado en Madrid, siguiendo las especificaciones pedidas por ellos. Con el producto acabado, y la satisfacción respecto al resultado obtenido, se decide crear una línea comercial de los mismos. Por cierto, los estudios en cuestión se llaman Tokonoma Records. Todo queda claro ahora.

Tokonoma de Perujo Audio es un altavoz de dos vías y dos piezas. La caja principal, de graves, con una capacidad aproximada de 85 litros, alberga un motor de 12 pulgadas y dos puntos de fuga de graves, bass-reflex. Repasando las especificaciones técnicas del fabricante del transductor, sobre el enclaustrado recomendado, podrías decir que ha buscado unas medidas superiores para evitar un cierto efecto de compresión interna, que, sin duda alguna, ha conseguido evitar de forma correcta. Otro tema a tener en cuenta con motores tan grandes en entornos domésticos, es la sensibilidad de los mismos. La sensibilidad baja en estas dimensiones exige de entregas descomunales de intensidad. No es el caso, sus 95 dB (ó 96) facilitan de forma máxima la utilización de cualquier tipo de amplificación, incluyendo los amplificadores de válvulas, normalmente poco eficientes en este ámbito.

En la parte superior, un motor de compresión de neodimio de 1” combinado con un horn o exponencial compacto de fundición de aluminio. Se conecta a la caja principal a través de unos jumpers de Wires4Music. Con una potencia máxima de 700 W AES, impedancia de 8 ohmios y filtro de cruce de dos vías de segundo orden compensado. El acabado puede ser personalizado. En mi caso, el que llegó a casa es de pintura metalizada pulida brillante.

Cuando Amigos HiFi volvió a estar en activo, después de unos años de silencio, la pandemia nos tenía a todos encerrados en casa y muchos proyectos se gestaron en esas bases tan poco deseables. Al poco tiempo, Carlos se puso en contacto con Manel Segarra para hablarle de su nuevo proyecto. Este me lo comentó e iniciamos una buena relación que hace años que dura. De esa época tenemos esta revisión: Perujo Audio VIBES: Euforia, Timidez y Asesinatos

Desde este espacio siempre he querido dar cabida a las nuevas voces del mercado. Y lo seguiré haciendo a lo largo del tiempo.

Después de haber instalado los altavoces y haberlos escuchado de mil maneras distintas, el sonido que daban era tan pobre y falto de calidad que me vi obligado a llamar a Carlos para decírselo. Fue un momento triste, muy triste para mí. Hablamos, repasamos las medidas que él había obtenido en sus mediciones, las que yo estaba leyendo mientras hablaba con él del fabricante de los transductores y nada tenía sentido. Carlos me pidió que repasara bien todas las conexiones, aunque no descartábamos un problema en el transporte. Así quedamos.

Al día siguiente, empecé con la labor. Todo estaba bien en los altavoces, todo fijo y correcto. Cuando me acerqué al rack para comprobar el buen contacto de los cables con el amplificador, quise morirme. Los cables de uno de los altavoces estaban conectados al revés. Fue solo asomarme y verlo. Son esos instantes que quisieras borrar de la memoria y su existencia. Callar y olvidar.

Pero prefiero hacerlo público y decir que nos equivocamos. La gente que escribimos o hacemos vídeos nos equivocamos, erramos y metemos la pata como todo el mundo. Nunca me había pasado hasta ahora, pero ahora me alegro. Me recuerda que nunca tengo que bajar la guardia, porque el error está al acecho y espera el mejor instante para aparecer.

Equipo utilizado en las pruebas

Fuente de sonido:
» EMT 948
» Nuprime DAC 9X
» Roon Servidor
» Qobuz Studio
Amplificación de potencia:
» Bow Technologies WAZOO XL
Altavoces:
» Perujo Audio Tokonoma
Cables:
» Wires4Music en cableado:
    » Horus Hybrid interconexión RCA
    » Evolution en altavoces y red eléctrica
Rack HiFi:
» Artesanía Audio Exoteryc Rack PRO

Tokonoma tiene dos elementos principales y de gran carácter a la hora de definir el sonido obtenido por el conjunto. Empezamos con el transductor Beyma de 12” y alta sensibilidad con membrana de celulosa y parte central media de 4”. Con un peso de la membrana de 102 gramos. Los lectores con más experiencia, ya sabrán que estamos hablando de un sonido más “cálido” y menos seco que otras membranas de materiales semirrígidos. Esto hace posible la coexistencia de la parte más grave y media en equilibrio en un mismo transductor. Aunque el tamaño del mismo le pueda restar algo de rapidez a la zona media, compensándolo en cierta medida con el cuerpo que le otorga su generosa respuesta baja.

Por la otra banda, tenemos un motor de neodimio de 1” conectada directamente a una bocina exponencial de aluminio fundido. La característica principal que he podido experimentar con esto es una linealidad del sonido que me ha llegado a sorprender. De verdad lo digo. Pequeños, ínfimos movimientos respecto a la linealidad exacta producen variaciones de sonido increíbles. Por este motivo, me he permitido la licencia de sugerir al fabricante la construcción de alguna estructura que garantice la inmaculada perfección y así no perder ninguno de los detalles de su producto. Aunque he hecho tarde, Carlos ya tiene en mente algo así, y está terminando de estudiar cuál puede ser la opción más adecuada.

Pero vuelvo al tema de la alineación de la caja de graves con el horn. En modelos de tres vías, principalmente, “he jugado” con la posición de la caja superior respecto a la inferior, para conseguir una mejor integración del sonido en salas pequeñas. Lo probé en su día con unas Verus Canor Prima en casa, y con su inspiración espiritual, Wilson Audio WATT/Puppy en casa ajena. Y el resultado era positivo en salas pequeñas, desplazando unos pocos grados hacia el interior, cerrando la escena, y manteniéndola más abierta en graves.

No soy ingeniero, soy solo un aficionado que escucha, por lo tanto, no voy a hacer doctrina porque algunas cosas funcionan y otras no tanto, aunque en este caso, Tokonoma, insisto, debe de mantenerse las dos fuentes de sonido en linealidad exacta, sin error alguno.

Llegados a este punto, reconozco que aún no tenía una idea clara de dónde ubicar mentalmente el sonido que recibía. Como siempre en estos casos, un fragmento aleatorio musical que sonaba en casa me dio la idea. Hablo de Vangelis y su “Conquest of Paradise” dentro de la descomunal obra maestra “1492”.

Disminuí al máximo el volumen del amplificador y escuché con atención y repetí la misma operación a altas horas de la noche, con la familia descansando no muy lejos de allí. Lo tenía claro. Tokonoma tiene una respuesta de sonido profesional y no tanto doméstico. Y esto no es bueno ni malo, es una característica. Para entendernos de forma breve, la curva del sonido se ajusta y equilibra a medida que aumentamos el volumen. Por eso estaba tan perdido. Mi forma de entender el hecho musical consiste en la presencia en la sala de la música y no en que la música se proyecte hacia mí. Al principio del escrito hablaba de Manel Segarra. Los dos tenemos suficiente experiencia como para charlar y comentar las bondades de tal o cual sistema; y al mismo tiempo no coincidimos en nuestros gustos personales. Él es un fanático de la inmersión musical y proyección hacia el oyente. En mi caso, prefiero estar en zona de butacas y que sea la música que viva y exista en el escenario y no yo dentro de él. Por eso, Manel es más Tokonoma que yo.

Con el volumen anormalmente alto para mí, normal para la mayoría de mortales aficionados a esto, empiezo a disfrutar más de las cualidades del producto. Destacando, en primer lugar, el control y suavidad de la zona aguda del sistema. Al visualizar el exponencial de aluminio delante de ti, crees que vas a sufrir de un sonido metálico excesivo y no es así. Las típicas grabaciones audiófilas, con sonidos extrabrillantes para mostrar la capacidad de respuesta de la configuración instalada en ese instante y más dedicadas al espectáculo que la música (no me gustan nada de nada), no serían las más valoradas. Quedan “valvularmente” rebajadas y transmiten más realidad bajo pena de perder fuegos artificiales. Aunque esta valoración podría llegar a cambiar significativamente por una sustitución posible que puede realizar cualquier propietario de dichos altavoces. Existe una resistencia intercambiable, al igual que otros modelos de altavoces, como por ejemplo Magnepan, donde modificando los valores se puede ajustar el sonido deseado y es muy sencillo de hacer.

La zona media del espectro se disfruta cuando el sonido es muy presente en sala, al igual que los sistemas profesionales o de conciertos. Quedando bien ajustada y sin tener la sensación de descontrol de graves, y lo peor de todo, realimentación de los mismos por vibraciones internas. El mueble soporta de forma adecuada, por la sobredimensión del mismo, la gran cantidad de aire que se mueve y la fiesta ya está en marcha.

No quiero terminar sin hablar de Carlos Perujo. Tiene 20 años menos que yo y toda la energía del mundo para afrontar cualquier reto. Tokonoma es el resultado de un reto superado con éxito. Escuchando alguno de los temas del sello discográfico con el mismo nombre, entiendes que el traje a medida es muy bueno. Comprendo su satisfacción y no creo que existan muchas cosas mejores para ellos.

Tokonoma son unos altavoces de dos vías grandes, muy grandes. Con una presencia visual en sala prominente. Acompañados de sus pies, llenan el mismo espacio que muchos de los altavoces de pie de tres vías. Se puede personalizar su acabado, con lo cual, la integración en sala no debe de comportar mayores problemas, más allá del volumétrico.

Necesita de muchos metros cuadrados disponibles, o bien, en su defecto, sala correctamente tratada, ya que da lo mejor de sí, a un volumen generoso, no siendo tan resaltado a niveles de presión sonora baja. Su alta sensibilidad consigue poder funcionar de forma correcta con amplificadores de potencia limitada, como valvulares.

He podido hablar con personas que han experimentado estos altavoces amplificados con Clase D. Sus comentarios son buenos, aunque solo puedo mencionarlo y no doy fe de ello, al no haber podido probarlo.

Recomiendo su escucha, ya que tienen una firma de sonido particular, definida y esta puede ser del agrado o no. No es un sonido neutro, insulso. Este tendrá admiradores y detractores. Ya sabes, ¿pastilla roja o azul?