Quien les escribe, ha probado muchos componentes a lo largo de su vida musical. Aunque parezca mentida, de todos me he quedado con algo. Una anécdota, un recuerdo, una curiosidad. Algo se ha quedado dentro de mí, en mi caja de recuerdos, que es mi memoria. Algunas son banales, otras no tanto. De esta, que tiene que ver con su antecesor, y que publiqué una reseña hace ya cuatro años, la tengo grabada a fuego.

Os la explico brevemente. Recibí la primera versión del Diablo, y con él, toda la información del mismo, así como de su promoción comercial y campaña de marketing de la compañía. Estábamos hablando de un sistema portátil, para uso personal y en movimiento. Inicié mis pruebas y el grueso de las mismas en estos parámetros, aunque a medida que iba evolucionando mi conocimiento sobre él, una idea se me pasó por la cabeza: conectarlo al sistema grande de la sala. El resultado fue espectacular, gustándome incluso más, que algún modelo superior de esta misma marca. No me atreví a publicar foto de la prueba, aunque si que lo mencioné en mi revisión. Cuando fue publicada, generó un cierto grado de confusión, creo que no se supo entender bien, incluso por el entorno. No encontré ningún artículo similar que hablase de esta posibilidad en ese momento. Al cabo de un tiempo, en Estados Unidos, un establecimiento presentó el Diablo como DAC principal para un sistema de alto nivel. No estaba equivocado, respiré fondo y profundo.

Con esta entrada, se entiende mejor la siguiente frase: "Nunca unos soportes me habían causado tanta alegría. Son de dos alturas distintas y los puedes acoplar al Diablo 2 de forma sencilla en distintas posiciones."

El Diablo 2 ha saltado del bolsillo al centro de la mesa de trabajo, o del rack dedicado. Digo esto, no porque no cumpla perfectamente sus funciones de alimentación de auriculares durante horas, sino porque este producto pide foco, pide atracción y pide protagonismo. Su forma ha dejado de ser lisa y redonda, muy adecuada para los bolsillos, para ser más eficiente, en clave de difusión térmica.

Además, podríamos decir que esta nueva versión se ha puesto al día con dos opciones que la primogénita no disponía o tenía distinto.

• Pasamos de una conexión USB 3.0 tipo A a la nueva tipo C. Esto nos hace ir un poco locos al principio, sin embargo, cuando todos dispongamos de los cables adecuados a este nuevo estándar impuesto desde la Comunidad Europea al conjunto mundial, será todo más fácil.

• Bluetooth 5.4 de Qualcomm.

El Bluetooth es la principal novedad real de este dispositivo. Y, además, por la puerta grande, ya que la versión utilizada es la más actual (al momento de redactar).

Según la organización reguladora del mismo, se prevé un crecimiento del 38 % de los dispositivos de audio que utilizarán esta tecnología (bluetooth) en los próximos 3 años. Manteniendo en la actualidad un crecimiento del 20 % anual. Estamos hablando de cifras mareantes. Y el Diablo (segunda versión) se ha subido al carro ganador. ¿La calidad de audio vía bluetooth ha mejorado? Sí, de una forma innegable. ¿Hasta qué punto? En la transmisión inalámbrica existen tantos factores distorsionadores, que dejo para los ingenieros hablar sobre este tema. Otro punto interesante y a mencionar, es que este producto ya lleva más de un año en el mercado y aun la versión utilizada (5.4), sigue siendo la más reciente.

Otra característica que marca su diseño, es la utilización de un chip de Qualcomm para la gestión inalámbrica que, entre las principales virtudes, el fabricante menciona y destaca el bajo consumo. Esta serie de chips están pensados para dispositivos portátiles, por lo tanto, la cantidad de energía que consumen y su perdida de la misma en forma de calor es la menor posible.

En un amplificador de auriculares como este, si no le damos el uso de DAC dedicado, la dificultad es máxima y no siempre es fácil conseguir unos buenos resultados. Vamos a pensar un poco en ello. Si creemos que en el mundo de los altavoces existe mucha variedad, es que no hemos dedicado el tiempo suficiente en pensar en los auriculares. Y no hablo de cosas sencillas como la medida de los transductores, que pueden ser minúsculos a enormes, sino en su ubicación en la oreja: interior de la oreja, apoyados en ella, encapsulándola o de vibración ósea. En tecnología: electrostáticos, magnetóplanares, dinámicos, MEMS (microelectromecánicos),... seguro que me dejo tecnologías. Y, si exceptuamos a los últimos, de medidas y tamaños diversos. Un universo entero que controlar con un dispositivo portátil, casi nada. Por este motivo, no podemos exigir a un jugador tan versátil un nivel de exigencia que sí es aplicable a uno dedicado a solo una tecnología.

Las necesidades de entrega de intensidad y el control de la misma, corrigiendo las curvas para adecuar a cada resistencia final (auricular) su grado correcto, exige una manipulación de la señal delicada. Es un mundo complejo y por este motivo, los diseñadores de los mismos tienen y tendrán siempre mi máximo respeto.

La mayor parte del tiempo, consumo música de forma desatendida. Estoy trabajando con el ordenador y suena música, leo noticias y suena música. Juego al ajedrez y suena música. Mi esposa dice que sabe si estoy en casa antes de abrir la puerta, solo escuchando si se oye música. Esta es la realidad de mi vida. Y en estos casos, cuando el sonido que percibo tiene un nivel de calidad mínimo, no presto mayor atención a él. Si el nivel es bajo, sencillamente, no lo soporto y tengo que finalizar la escucha, incluso si es complementaria a mi labor. Soy inconscientemente exigente.

Para todas las situaciones expresadas anteriormente, es perfectamente válido tener conectado el Diablo 2 con la fuente de alimentación externa y que la vida vaya pasando de forma armónica. Sin embargo, cuando dispongo de la paz mental suficiente y el tiempo necesario, quiero saborear el dulce paladar del buen sonido. Así que, ¿tengo tiempo? Sí. ¿Tengo paz? Sí. Nos olvidamos del Buetooth y vamos a la conexión USB C.

A cualquier producto del mercado con alta sensibilidad que usemos, si le sacamos una parte significativa de la fuente de problemas, estos se reducen drásticamente. Funcionar con batería elementos tan sensibles como un DAC, hacen posible que, con una fracción de precio, este rinda a un nivel alto. No estoy descubriendo nada, solo lo menciono porque muchas veces se nos olvida lo obvio y nos complicamos la vida.

El sonido, utilizando la batería interna, se modifica de forma matizada. No son grandes cambios, pero os detallo alguno. Se pierde algo de dinamismo en la música y la música suena más relajada. ¿No os suena a nada esto? Acabamos de introducir una válvula virtual al sistema musical. De forma inmediata, los aficionados al sonido valvular puro, notan cómo la música es más melódica, carnosa y da un color a las voces distinto, que les identifica más. Los duros del estado sólido, no acaban de valorar correctamente las virtudes del unplugged y quieren volver al sonido anterior. Todos tienen razón. No existe una única verdad en el sonido. En un concierto conectado, nadie, insisto, nadie, oye el sonido de un bajo, una guitarra o una batería. Ni la voz del cantante. Solo se oyen las restricciones presupuestarias del promotor del concierto y la magia que ha podido hacer el técnico de sonido desde su posición FOH (Front Of House) con el sistema utilizado. El resto es la fantasía del directo.

Si la música es generada por una orquesta sinfónica, la sala puede condicionar tanto el sonido que vuelve insignificante el esfuerzo de sus integrantes en su ejecución. Para mal, casi siempre, y muy eventualmente, para bien. En cualquier caso, el rumor de fondo del público es tan elevado que sitúa a cero el silbido o "hiss" de la aguja en su recorrido por el vinilo. El resto es la fantasía del directo.

Poder modificar el sonido de un componente de esta manera (con la elección de batería o conexión a red) sin tener que aplicar filtros que pueden perjudicar la señal sonora (no digo que lo hagan) y ajustarse más a tus gustos o preferencias personales, es un placer.

iFi Audio iDSD Diablo 2 no es un producto novedoso ni revolucionario. Es una actualización de un producto que ya funcionaba, al cual, han añadido la nueva funcionalidad del Bluetooth, que no es poca cosa. Existe un cambio de nomenclatura para definir características que ya existían, y por lo tanto, siguen siendo las mismas. He podido detectar un cierto grado de enfado con ello en algunos aficionados y, sinceramente, no lo entiendo. Si ten dan las especificaciones técnicas y lo ves; y solo es una actualización del vocabulario para dar cabida a una opción extra (insisto), sinceramente, no comprendo el rechazo, es absurdo para mí.

Solo los productos con éxito evolucionan, los fracasos se retiran del mercado. Este ha evolucionado, es el producto natural que hubiese sido creado ahora si esta fuese su primera versión. Por este motivo, por la coherencia, por su fiabilidad mostrada a lo largo del tiempo y su saber mantener los puntos fuertes a lo largo de los años, dispone de mi respeto y admiración.