La atracción de lo imperfecto
A veces nos acusan a los reviewers de no posicionarnos con claridad. Es decir, de hablar bien de casi todo pero, en definitiva, no mojarnos. Pues bien, voy a ser claro con una pregunta concreta: ¿Cuál es el mejor monitor compacto por menos de 1.800 euros? Mi respuesta es: KEF LS50. Así de claro. Y, se preguntará el lector ¿Qué tiene eso que ver con el análisis de unos altavoces medio artesanales de un nuevo y pequeño fabricante europeo? Pues muy sencillo: por momentos, he creído que los LS50 habían regresado a mi sala. Y no, no eran los KEF los que estaban sonando. Eran los PERUJO VIBES concebidos y creados por Carlos Perujo en Andalucía. Más concretamente una pareja expresamente construida y acabada para la ocasión con una elegante pintura perlada de calidad automovilística. Y es que, mi sorpresa ha sido mayúscula cuando, incluso en el primer rodaje, la voz de Karrin Allyson (“Ballads Remembering John Coltrane”, 2001) se ha recreado con tanta definición y coherencia. Así, de entrada, los pequeños monitores han exhibido una zona media absolutamente impecable. Estamos hablando de una escucha nocturna, tranquila, a modo de toma de contacto y la impresión no puede ser más satisfactoria. Cuando desembalé los monitores, a tenor de su aspecto moderno pero sencillo, pensé que estaban destinados a un estricto “entry level”, a segundos equipos a salas no dedicadas para escuchas ocasionales. Pues todo lo contrario, los PERUJO VIBES son un producto de Alta Fidelidad muy serio y con una ambición que va bastante más allá de su tamaño y, por supuesto, de su PVP.
Pero no por esa buena impresión inicial íbamos, en www.amigoshifi.com, a ser indulgentes. Y, pasados los dos primeros días de rodaje, decidí someter a los PERUJO a pruebas más duras con la intención de encontrar sus límites. Para ello, nada mejor que el último disco de Christian McBride Big Band, “For Jimmy, Wes And Oliver” (2020), muy bueno, por cierto. Y en escucha diurna a volumen medio-alto. Ahora los VIBES ya tienen que esforzarse mucho más. Notamos las limitaciones del pequeño recinto. Los graves son sorprendentemente densos y concentrados. El puerto bass-reflex sopla con fuerza y el cono nos demuestra su elevada capacidad de excursión. No son unos graves que bajen mucho, pero sí son unos graves que pueden llenar con solvencia una sala media. Precisamente en este punto, he probado a combinarlos con mi subwoofer REL y, contrariamente a lo que sucedió con unas Graham LS3/5 que analicé no hace mucho, el grave se suaviza y se expande de forma natural hacia abajo sin que se note dónde terminan su trabajo los PERUJO y donde empieza el REL. Los instrumentos de viento suenan sin estridencias con una adecuada separación entre ellos. De hecho, volvemos a comprobar que la zona media es excelente. La escena, a pesar de que se abre, no crece excesivamente y encontramos a faltar un poco de aire entre los músicos. Pero es que estamos llevando nuestra exigencia hasta el límite y, llevados por la euforia, estamos juzgando a los pequeños VIBES como si fueran altavoces o columnas de varios miles de euros. En realidad, si volvemos a un volumen moderado y acercamos las cajas hacia el punto de escucha, los VIBES se relajan, agradecen esa menor presión y vuelven a dar lo mejor de sí mismos. En el extremo más alto, estas cajas de fabricación española, son moderadas rozando la timidez. Es decir, aunque no llegan a recortar las frecuencias más agudas, sí las esconden un poco. En ese aspecto, y según el disco o las preferencias del usuario, podría demandarse un poco más de transparencia. Pero, en mi caso, añadir un poco de “treble” en mi previo híbrido Vincent ha sido más que suficiente para dejarlos a mi gusto. Dicho esto, e incluso sin ningún tipo de ecualización, el equilibrio tonal y la transición entre transductores son exquisitos. Se nota que, en su diseño, se buscaba expresamente esa coherencia y, desde luego, se ha conseguido.
Llegados a este punto y, atendiendo al cálido sonido que los PERUJO VIBES son capaces de ofrecer, intuyo que voy a disfrutar escuchando vinilos y Karen Souza en “Hotel Souza” (2012) así me lo demuestra. De hecho, creo que nunca había escuchado este vinilo con un sonido tan neutro y tranquilo. Los VIBES, que rehúyen todo tipo de fuegos artificiales, combinan a la perfección con la fuente analógica y revelan un cierto carácter británico. Más que de un sonido plano, yo hablaría de una respuesta coherente y respetuosa con la grabación. Me acaba de llegar la banda sonora “Pink Panther” (Henry Mancini) también en vinilo y las intervenciones del saxo en el tema principal son espectaculares por su realismo y presencia.
No quiero acabar esta review de estos pequeños monitores que tanto me han sorprendido sin lanzar algunas advertencias. La primera y más práctica es que hay que poner mucha atención con el amplificador asociado. Los PERUJO necesitan vatios: tienen una sensibilidad baja y agradecerán una buena entrega de corriente. Los 230 W de mi etapa Musical Fidelity han alimentado muy bien a los pequeños monitores e intuyo que los amplificadores por debajo de unos 80 W pueden quedarse cortos si se quiere llenar una sala media. En ese sentido, y eso lo considero más una virtud que un defecto, los PERUJO VIBES van a ser exigentes con su compañero de viaje musical y no se van a conformar con cualquier cosa. La segunda advertencia y, no menos importante, es que no nos hemos de dejar engañar por su aspecto funcional y desenfadado. Los VIBES suenan muy bien con rock y pop. Incluso me han sorprendido con la serie original de TV3 “Crims” (2021) por su capacidad de generar dramatismo y mantener la tensión mientras se narran los asesinatos con la banda sonora que enfatiza la sordidez y el terror de las víctimas. Pero, por encima de todo eso, los PERUJO VIBES quieren demostrar que son capaces de ofrecer fidelidad tímbrica y muchísima credibilidad a la hora de restituir voces humanas e instrumentos acústicos. Y, más allá de ser una opción práctica, comedida de precio y de fabricación cercana, pueden llegar a formar parte de sistemas con componentes mucho más caros. Los PERUJO han demostrado su seriedad y compromiso con grabaciones de jazz exigentes o incluso con música clásica. Sus limitaciones son más bien cuantitativas (salas grandes a alto volumen) que cualitativas (que, dentro de su categoría, no las tienen) y el resultado que ofrecen no se corresponde a su aspecto relativamente sencillo y compacto. Porque, a la que nos despistemos, reclamarán su protagonismo y, entonces, pueden llegar a ser mucho más grandes de lo que teníamos previsto.
Web Fabricante | Perujo Audio |
Web Distribuidor | -------- |
Precio | 795 € aprox. |
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