Pro-Ject Phono Box RS2: Los presbicios intolerantes y los que hablan alemán

El Phono Box RS2 es el último preamplificador de phono de la marca austriaca y presenta algunas características muy interesantes como por ejemplo su estructura completamente balanceada o sus posibilidades de ecualización con curvas RIAA y DECCA. Pero quizá su punto fuerte sea la gran capacidad de ajuste que permite optimizar el rendimiento de cualquier cápsula. Y, por supuesto, es apto para cartuchos de tipo MM y MC permitiéndonos cambiar la impedancia de funcionamiento entre los valores de 10 ohm y 1.000 ohm y ofreciendo 8 niveles de ganancia seleccionables entre 40 y 70 dB. Incluso permite girar el potenciómetro de la impedancia sin problemas durante la reproducción e inmediatamente evaluar el impacto de las diferentes opciones de carga.

Parece evidente que, este despliegue de posibilidades lo convierten en uno de los más completos del mercado incluso si tenemos en cuenta los de precios muy superiores. Además, todo ello se ofrece dentro de una carcasa metálica muy compacta y fácil de ubicar. Pero, de entrada, si tuviera que elogiar algún aspecto antes de proceder a las pruebas de sonido, me quedaría con el hecho de que todos los ajustes se hacen desde el frontal del aparato y que, adicionalmente, unos pequeños testigos led nos informan de la configuración que está funcionando en cada momento. Nada que ver, por tanto, con esos engorrosos previos de phono con combinaciones de pestañas no aptas para usuarios afectados de presbicia.

Por tamaño, prestaciones y posibilidades de ajuste, parece que su rival natural es el Gold Note PH10 analizado recientemente en Revista Amigos HiFi, pero, como veremos, aunque comparten muchos conceptos, el carácter de cada uno tiene sutiles diferencias.

Y para descubrirlas vamos a emplear una cápsula MM Audio-Technica VM750SH y una MC Ortofon Quintet Black S, ambas montadas, como siempre en mi Rega Planar 3. Vamos a aprovechar también que el previo trabaja en balanceado y lo conectaremos con ese tipo de cables al resto de mi sistema (Vincent SA-32 + Musical Fidelity M6s PRX)

Un rápido intercambio en la calle, sin tan siquiera apagar el motor del coche, me permite hacerme con el doble LP de Santana “Moonflower”. Se trata de la edición original de 1977 que he encontrado por Wallapop. Los discos están prácticamente sin usar y, en cuanto llego a casa pongo la tercera cara que incluye un extraordinario solo de percusión en directo. Mientras suena la música hago el ajuste fino con el Pro-Ject. Estoy con la MC Ortofon y la verdad es que no me resulta difícil encontrar un punto dulce con la impedancia alrededor de los 400R. Opto también por la curva DECCA, aunque el efecto de esta ecualización es muy sutil. El sonido se despliega con gran profundidad y extensión de escena. Tanto o más que en una reproducción digital. La dinámica es generosa, pero sin llegar a ser explosiva. Los detalles de la grabación son extraídos con exactitud pero sin llegar a un exceso de análisis. El sonido, además de ser muy creíble desde el punto de vista tímbrico, tiene el punto justo de calidez propio de una fuente analógica. El Pro-ject consigue que los 15 euros que me he gastado con el doble de Santana sean la mejor inversión en música que he hecho este año.

Probablemente, muchos lectores tendrán instalada en sus giradiscos una cápsula MM y por eso vamos a probar la Audio Technica con “Eye in the Sky” (1982) de “The Alan Parsons Project”. Con este tipo de cápsula quizá perdamos algo de extensión en graves a cambio de una mayor contundencia o “pegada” que le va muy bien a este tipo de música. Pero, no obstante, el Pro-Ject consigue que esta categoría de cápsulas que a menudo consideramos menos audiófilas, mantengan la precisión y, sobre todo, la elegancia. Para analizar más en detalle el comportamiento del previo de phono austriaco, lo conecto directamente al Lehman Audio Rhinelander que amplifica unos flamantes auriculares HEDD que me han llegado para otra prueba de amigoshifi.com. Ahora que casi todos los componentes hablan en alemán, me ratifico en el exquisito equilibrio entre musicalidad, capacidad de análisis, escena y espectáculo que el Pro-Ject es capaz de ofrecer. Diría que todo está en su punto de sal para que prevalezca la materia prima que es la música.

Pero, cuando ya estaba a punto de devolver el previo de phono y liberar espacio para mis siguientes reviews, me ha llegado a casa procedente de Estados Unidos una verdadera joya: la fabulosa edición de Premonition Records de “Nightclub” (2000) de Patricia Barber. Se trata de una remasterización hecha expresamente para esta versión en vinilo a partir de los masters analógicos originales. Vuelvo a la MC Quintet Black S. Le quito la alfombrilla al plato, deposito el disco directamente en el platter, conecto otra vez mi etapa Musical Fidelity y los altavoces y apago las luces de la sala. El resultado es increíble. La grabación es soberbia. Si tuviera que definir en una sola palabra el hecho diferencial que aporta el previo de phono Pro-Ject es “presencia”. Porque nunca hasta ahora había oído a la Barber (tengo todos sus cd) tan presente en mi sala. Tan real, tan enigmática, tan sugerente y tan inapelable a la vez.

Como conclusión podemos decir que este Pro-ject ofrece mucho más de lo que su aspecto carente de glamour parece anticipar. Podríamos pensar que es un aparato con una buena ejecución técnica y una inmejorable adaptación a todo tipo de agujas, pero nos dejaríamos lo más importante. El Phono Box RS2, sin destacar especialmente en ningún aspecto, es un aparato muy serio, equilibrado y sin aristas que ejerce de “cuidador” o “conservador” de la música que le llega procedente de la cápsula y la eleva a la siguiente etapa del sistema sin que se pierda nada, no solo de la información propiamente dicha, sino de la propia alma o sentimiento con el que cada músico impregna su interpretación.