No Surrender
Hace pocas fechas publicábamos un análisis sobre el Cambridge Audio CXN v.2, un streamer de calidad sonora destacable. Ahora le toca el turno al amplificador de la serie, exactamente al hermano pequeño, el amplificador integrado CXA61. Este es la evolución natural del anterior modelo (CXA60), que ya suma algunos años encima, y, por lo tanto, tocaba actualizarlo, sobre todo teniendo en cuenta la sección digital, donde el paso del tiempo está siendo implacable.
Mirando su interior destaca su enorme transformador toroidal, ubicado en el centro del aparato, que le da el peso y la distribución del mismo. Esta es una manía mía y que poco aporta al sonido, pero un componente que tiene el peso bien repartido me da confianza. Es más manejable y permite moverlo y observarlo de forma segura, ya que no existe el riesgo del desequilibrio. Insisto, es una manía mía.
Botonera sencilla para elegir entrada y salida.
Este es un amplificador integrado que entrega 60 W a 8 Ω, 90 W a 4 Ω y en su interior, se encuentra un convertidor D/A ES9010K2M de alta resolución, que puede procesar señales a través de la entrada USB integrada con resoluciones de hasta 32 bits / 384 KHz, así como DSD 256. Otro punto destacado del amplificador integrado es el soporte de Bluetooth® aptX™ HD, para disfrutar de la música inalámbrica sin pérdidas de sonido. Aunque en la unidad análizada, no estaba integrada la antena Bluetooth, y, por tanto, no ha sido probada. Además, dispone de 4 entradas RCA analógicas y en digital tenemos 1 entrada S/PDIF coaxial, 2 entradas ópticas TOSLINK, 1 entrada de audio USB, Bluetooth (integrado). Y tienen las siguientes compatibilidades: Óptica TOSLINK: 16/24 bit 32-96 kHz PCM solamente, S/PDIF coaxial: 16/24 bit 32-192 kHz PCM solamente, USB: perfil de audio 1.0/2.0 (predeterminado 2.0), hasta 32bit 384kHz PCM, hasta DSD256 o DoP256, Bluetooth: 4.2 A2DP/AVRCP compatible con hasta aptX HD (24 bits a 48 kHz).
Vista de la rejilla de ventilación y el transformador toroidal central.
Su aspecto exterior sigue con la misma línea de la serie CXA, su imagen clásica, pero a la vez con un color perla que le da un toque de modernidad. No centra las miradas en él. Hoy en día, que muchos de los aparatos “High End” parecen más obsesionados con la presencia visual que la sonora, ser discreto es un punto positivo para un dispositivo, hecho y creado para ir en grupo, como este.
Sistema asociado
Para esta ocasión hemos utilizado:
» Cambridge Audio CXN v.2
» Cambridge Audio CXA61
» RadioTehnika Giant FS-100N (1)
» Servidor Daphile?, Tidal y Deezer
Fotografía con flash para resaltar el color perla lunar del acabado del producto.
No obstante, antes de entrar en materia, una anécdota que es bastante reveladora. Todos los estudios de grabación tienen sus altavoces/amplificadores de referencia para escuchar y pulir hasta el último detalle su producción musical. Genelec, Mackie, PMC Pro, B&W, etc., son marcas asociadas a muchos estudios de fama internacional. Un compositor instrumental, ganador de innumerables premios, Roger Subirana, pule muchos de sus trabajos en mi sala. Tiene un patrón acústico claro y detallado de como suenan cada una de sus pistas y las correcciones que tiene que realizar para conseguir un acabado digno de ser escuchado en un sistema exigente, más allá de los simples reproductores o móviles. ¿Cómo reaccionó al escuchar dos de sus últimas creaciones, que aún no han estado publicadas? Lo dejamos para el final.
La música seleccionada para la ocasión
Una vez hecha mi típica ronda “random” de músicas diversas para ir cogiendo el punto al aparato, para irnos conociendo como me gusta decir; encontré que una de las piezas que le iba como anillo al dedo era una de las multiples reinterpretaciones del famoso Tubular Bells de Mike Oldfield. En este caso se trata del Tubular Bells by Tubular Brass. Seguramente es la obra más peligrosa para ver en estos momentos de COVID-19, ya que toda ella está instrumentalizada con la sección de viento y metal de una orquesta. Por las características del amplificador, sin duda trabaja en su zona de confort total. Sin la necesidad de vaciar la carga eléctrica del mismo, ofrece toda la riqueza que esta obra necesita, dando viajes por los extremos de las frecuencias, sin exigencia máxima en ninguna de ellas. Y para terminar, en el minuto 15:45 empieza mi parte favorita, para relajarse y dejarse llevar por el clima sostenido de la música.
Streamer y amplificador integrado de Cambrigde Audio.
Y seguimos con las versiones, en este caso podríamos decir que esta al mismo nivel que la obra original. El Jesucristo Superstar de Camilo Sesto es una simple maravilla. Con los arreglos de Teddy Bautista se creó algo único. El dinamismo de esta obra es muy grande, muchas voces, muchos instrumentos, cambios de ritmo constantes, es trepidante toda ella. Con nuestro invitado ha mostrado un cierto grado falta de potencia. El fondo musical de la obra es constante y llena todo el espacio para crear un clímax muy especial. En este caso, este ambiente era delgado y no podía con los altavoces y sufría con la sala. Pero al mismo tiempo, la amplitud de la escena sonora es muy generosa. Como resultado de todo ello, podemos deducir que con unas condiciones más favorables a nuestro invitado, es decir, una sala más reducida y unos altavoces menos exigentes podría ser una combinación ganadora.
Y vamos con la anécdota. Sin informar a Roger de que no estamos utilizando el sistema residente habitual, sino el invitado, empezó a tomar notas mentales de leves correcciones de su obra en partes de la misma para darle algo más de relevancia en la zona central. Al finalizar la escucha de las dos novedades me comentó los pequeños arreglos que quería realizar. Le descubrí el engaño por mi parte y volvimos a reproducir ambos temas aunque con el sistema residente. Al descubrir que no necesitaba de arreglo alguno y que “su sonido” se mantenía intacto tal como él lo había imaginado y trabajado en su estudio, me mostró su sorpresa por la vital importancia de la amplificación.
Todos los audiófilos queremos pensar que el sonido ideal reproducido es el creado por el músico. Esto es tan estrictamente cierto como improbable conseguirlo nunca, ya que las variables que entran en juego son demasiado elevadas como para poder cumplir con este requisito, así que lo más razonable es pensar de conseguir, lo más parecido posible.
Conclusiones finales
Aunque hoy en día aún existe gente que insiste en decir que los amplificadores “no se oyen” y que solo valoran los altavoces, creo que tiene más que ver con sus propias limitaciones que no con la realidad. Cambridge Audio tiene un tono y un color de sonido que te gustará más o menos, esto es subjetivo, pero existe y es buscado. Es un amplificador ligero, capaz de proyectar el sonido con gran contundencia, pero al mismo tiempo le falta algo de músculo para llenar una sala como la mía de unos 30 m². No es agresivo con los extremos de las frecuencias sonoras aunque si presente. La parte media del espectro, donde viven las voces, es un poco apagada. Solo un poco, estamos hablando de pequeños matices que uno puede percibir en obras muy trabajadas y extraordinariamente conocidas, ya que de otra forma no se percibe. Puedes cambiar de estilo musical de forma totalmente libre sin penalización alguna sea cual sea el tipo elegido. Precisamente, creo que esta versatilidad le ha podido mermar algo para los acólitos de los lieder, madrigales o similares.
Por precio y prestaciones debe de ser un candidato a tener en cuenta a la hora realizar la lista corta de producto para elegir, dentro de su gama de precios.
Imagen comercial donde pueden verse 3 de los 4 productos de la serie CXA 2.
Web Fabricante | Cambridge Audio |
Web Distribuidor | |
Precio | 899 € |
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