Cambridge Audio CXN v.2

Hace poco tiempo, el streamer Cambridge Audio CXN (v2) fue premiado con el What HiFi 2021 dentro de su categoría de precio. Esto me pone con una presión extra, ya que es imposible no estar condicionado hasta cierto punto por ello. Para rebajar tensión, me llegó en el mismo envío otro galardonado este mismo año, el Cambridge Audio CXA61. Un amplificador integrado que recibió otro What HiFi 2021 en su categoría. Dos al precio de uno. Próximamente saldrá el análisis del amplificador integrado, ahora nos centramos en el streamer.

Actualmente, la línea que separa los DAC’s de los Streamers es tan delgada como inexistente en la práctica. Casi cualquier DAC es Streamer y casi todos los Streamers son DAC, por lo tanto, la separación actual que tienen creo que tiene los días contados.

Hoy en día podemos recibir una cantidad enorme de información digital. Podríamos decir que la mayoría que recibimos lo es, directamente. Existe poco espacio para el mundo analógico, aunque este es muy necesario y vital para nosotros, ya que no somos capaces de recibir ni entender algo que no lo sea. Y, como la vida es complicada, tenemos muchas formas de emitir señales digitales y tecnología asociada. Entre las “físicas”, USB normales o asíncronos, Coaxial S/PDIF, óptica TOSLINK, ethernet, etc. Entre las “aéreas”, wifi (en sus dos versiones), bluetooth (entre sus innumerables versiones), etc. Una vez tenemos todos los unos y ceros en línea necesitamos dar un sentido a todo eso, es cuando entra en liza los codec’s respectivos, dando un sentido lógico al tráfico de datos y pudiéndose trabajar con ellos para convertirlos en sonidos analógicos (opción más habitual) o dando salida a los mismos desde una salida digital hacia un DAC externo. Simplificando podríamos decir que un streamer recibe desde cualquier tipo de fuente digital, tanto física como aérea, para enviar la señal a su DAC interno, o a su salida digital.

Esta es una característica que me ha llamado muchísimo la atención. Cambridge Audio CXN (v2) procesa todas las señales recibidas, resampleandolas a su máxima resolución permitida por su circuitería. En su web lo explican así “Todo el sonido se convierte a un formato de alta resolución de 24 bits/384 kHz utilizando una interpolación polinómica de adaptación de curvas.”. Esta forma de trabajar, sin duda alguna, crea una sobrecarga de trabajo grande, por este motivo es lógico que mencionen que “han mejorado y potenciado su capacidad de procesamiento de la señal”. Al mismo tiempo, y ahora jugando a ser ingeniero, supongo que ha servido para solucionar muchos de los problemas asociados a convivir tantos formatos y maneras distintas de recibir señales.

El aparato lo podríamos definir de estética clásica, siguiendo los parámetros de la serie CX 2. Elegante y discreto. Hace todo lo que se le pide en este caso, ser uno más de la cadena. Incluso su pantalla tiene la suficiente medida para ver “más o menos” que pone, pero al mismo tiempo no es un foco de atención, manteniendo la discreción estética.

Además, hace la función de previo digital, si así lo queremos. Podemos, si tenemos las salidas analógicas conectadas a unos altavoces activos o etapa de potencia, modificar el volumen, tanto con su mando a distancia como con la APP propia o bien, utilizando la función pertinente en sus integraciones de Spotify, Tidal, You Tube, etc.

El mando a distancia es el mismo en toda la serie CX 2. De tal manera que si dispones de dos aparatos o más, puedes guardar los otros en un cajón. Simple y funcional hace su trabajo de forma correcta, sin embargo tengo que reconocer que siempre uso mi Tablet Samsung para controlar todos los aparatos modernos que circulan por mi salón y por regla general, me olvido de ellos.

Aunque tengo que hacer una excepción en este caso. El mando lleva incorporado 10 botones para pre-seleccionar emisoras de radio on-line. En esta ocasión, he programado en primer lugar una de baja calidad sonora (Los 40 Classic), no obstante es mi pequeño placer oculto. Música de los 80’s para carrozas como yo. Darle a un solo botón y arrancar todo el sistema musical Cambridge y escuchar esas canciones horteras y faltas de calidad, en todos los sentidos, muchas veces es mi “pecado oculto”.

Probé el Cambrigde Audio CXN (v2) durante una semana conectado a mi amplificador Bow Technologies Wazoo XL y las siguientes a su hermano el Cambrigde Audio CXA61.

Para quien no conozca el Bow, mencionarle que es un amplificador integrado de estado sólido que suena realmente “valvular”. Está mucho más cerca de un Pass Labs que de un Mark Levinson. Pues bien, con esta base la música que me apeteció fue una mezcla entre moderno y voces. Siempre paso por las voces para probar, pero esta vez, la modernidad me alejó del lirismo y fui a parar a una novedad para mí, Lana del Rey. Escuchando alguna de las versiones de su último tema “Arcadia” me quedé prendado de una “actuación en directo” ¿?, en el programa nocturno de Stephen Colbert. De presentación triste en la forma (con un vídeo en blanco y negro) da un clima al tema, incluido sus pequeños viajes a la zona de la distorsión (perfectamente controlada) para dar más realidad al sonido. Es un producto empaquetado perfecto que si eres capaz de aparcar al analista, disfrutas de veras. La voz de Lana del Rey inunda todo el espacio y se hace presente en toda la sala. Si tuviésemos en cuenta los registros líricos, ella es una contralto y por lo tanto, siguiendo los cánones clásicos, son las voces que nos acercan a los ángeles. No podía ser de otra manera.

Sin dejar este álbum “Blue Banisters”, pero cambiando de amplificador al CXA61 ponemos la pieza más extrema de todas “Interlude -The Trio”. Unas trompetas nos acercan al imaginario del Oeste norteamericano, de las películas de cowboys y pistolas. De repente una caja de ritmos con unos bajos ensordecedores nos acercan a los ritmos urbanos de Nueva York. Una curiosa forma de viajar mentalmente en tan solo 1:17. Este tema no me había parecido todo lo bueno que es con mis Bow, pero con la dinámica del CXA61 lo he disfrutado al máximo. El mismo streamer y sensaciones distintas, muy distintas. En un mundo de apóstoles del sonido, ser modesto y estar dispuesto a probarlo todo y expresar humildemente la sensación recibida debería ser la norma.

Cambiando de estilo musical, Gunhild Carling ha realizado una versión del archiconocido “Hello Dolly”. En esta composición dos aspectos a tener en cuenta, primero la voz de la cantante no es para nada mi estilo, lo siento, pero me suena a gato molesto. La segunda, tanto la grabación como la interpretación me parecen memorables y la instrumentalización te permite disfrutar, uno a uno, a los músicos y escuchar los matices de cada instrumento.

Es casi imposible no pensar de forma inmediata con el Cambridge Audio EVO 150 150 al utilizar este streamer. Sus similitudes son grandes, aunque también sus diferencias. El EVO 150 está pensado para ser el foco de todas las miradas, el CXN (v2) el trabajador discreto. El primero lo integra todo, el segundo es una parte del todo. Con el primero, un cambio radical en el mundo digital puede dejar todo el aparato desfasado, con este solo este componente.

El sonido que he conseguido extraer de su DAC lo definiria en pocas palabras como extraordinariamente equilibrado, alejado de los extremos más agresivos por la parte alta y más generoso en la parte baja del espectro sonoro. En las voces es más transparente que cálido, no coloreando nada el recitativo. Pensado para un público más variado y ecléctico en gustos musicales que para un fanático de un estilo (léase color tonal) determinado.

Cambridge Audio es una empresa que me gusta, y lo digo sinceramente. Para ella es como si las modas no existiesen y siguiesen haciendo sus productos evolucionando desde el principio y un poco alejada de las excentricidades del High End más extremo. Mantiene una política de precios razonables y siguen con la evolución del HiFi tradicional, más musical y menos efectista (léase Home Theater). Existen funcionalidades que no he podido probar, por ejemplo Roon, pero creo que este software (de una calidad enorme) está sobrevalorado en precio mensual.