Wilsoniano
Si han leído mi anterior artículo sobre "Una Sala de película" del amigo Miquel, músico de profesión, recordarán que dispone de una sala dedicada por completo al mundo cinematográfico, un lugar exquisitamente decorado, pintado de gris oscuro mate para evitar brillos y conferir al espacio un look verdaderamente de cine. Miquel, es un alma inquieta donde las haya y en su búsqueda de la perfección absoluta escruta sin descanso todas las novedades en lo que se refiere a los “instrumentos” para disfrutar de una buena película; pues bien, hace unos días recibí una invitación para poder contemplar en directo su nueva adquisición: un proyector láser de ultimísima generación. Recordé la grata impresión que me había causado su anterior JVC DLA-N7, una máquina espléndida, 4K nativo y lo mejor que había visto en ese momento a nivel doméstico, pero ya sabemos que en esta afición nunca hay un “final del camino” y, sobre todo, a nivel de proyectores, cada nueva temporada hay sustanciales avances.
Como siempre mi amigo nos dispensa una calurosa acogida y es un placer volver a este paraíso cinéfilo para disfrutar de los cambios producidos. Hay que matizar que el aparato en cuestión está todavía en fase de pruebas y en breve se situará sobre un soporte a medida anclado en la pared, a la altura conveniente.
Se trata del flamante SONY VPL-XW5000ES Laser de 2000 Lumens, procesador ultímate 2,8 veces más potente que el anterior X1 y panel nativo 4K. Esta máquina por si sola ya impacta en la nitidez y contraste que ofrece, pero si utilizamos un procesador externo como el PC NVidia 3070 y MadVr ya alcanzamos el Olimpo cinéfilo.
Indicar que el propietario ha descartado el Blu-ray UHD Oppo 203 que tenía en la visita anterior y actualmente, como fuente, utiliza un buen número de discos duros para almacenar películas seleccionadas por su calidad artística y técnica. No entraré en recordar el sistema de sonido que acompaña a la imagen y qué, en lo posible, utiliza Dolby Atmos, en versión original para disfrutar de un sonido excelso que hace justicia a la imagen que ofrece el Sony. Pero vayamos a las pruebas que pudimos contemplar el grupo de amigos que nos dimos cita aquella tarde.
Empezamos con algunos fragmentos de la ya conocida, por los asistentes, tercera entrega de la saga “John Wick”, una cinta espectacular en contraste y donde el HDR luce en todo su esplendor. La nitidez es una auténtica fiesta y pudimos deleitarnos con los más increíbles detalles tanto de los primeros planos como de los fondos, tanto en escenas nocturnas o interiores como con la luz de día. Los negros son de una pureza asombrosa. Posteriormente nos deleitamos con unas escenas de la última película de Tom Cruise: “Top Gun Maverick”, dirigida por Josep Kosinski y donde las escenas de las acrobacias aéreas son francamente espectaculares, ni decir tiene que el movimiento es absolutamente fluido y el sonido de las explosiones con el Atmos casi nos levanta del sofá. Continuamos con un metraje de Amazon Prime video, en concreto: “El Señor de los Anillos: los Anillos de Poder” y vuelta a la misma sensación: transparencia total, un lujo de detalles, imágenes absolutamente cristalinas y, por cierto, una gran mejora en la calidad de imagen que ofrece esta plataforma. Seguimos con otro clásico de las reuniones: “Gemini Man” con Will Smith y aunque aquí la colorometría es distinta y menos de mi gusto, el Sony se sigue luciendo. Finalizamos con un concierto del músico y compositor Hans Zimmer, esta vez en “sólo” full HD y 16.9 y que, como en los trailers anteriores, tampoco defraudó, ni en imagen ni en sonido, ya que el sistema escaló a 4K el contenido, si bien, siendo digno el resultado, en mi opinión no alcanzó a los recién visionados en 4K nativos.
Por buscarle alguna carencia que tampoco sería tal, reseñar que el zoom es manual por lo que cuando se pasa del formato 2.40 al 16.9, hay que ajustar a mano el zoom, problema que solo afecta a los felices propietarios de las pantallas extendidas. Tampoco puede proyectar filmes en 3D, aunque, al menos en mi caso, pocas son las películas que tengo en este formato que parece no atraviesa su mejor momento.
Cuándo estuve en mi anterior visita, pensé que el JVC DLA-N7 era la máquina definitiva y para mi sin duda, lo sería, pero Miquel en su particular búsqueda del Santo Grial, ha dado varias vueltas completas de tuerca y ha conseguido mejorar lo que aparentemente era inmejorable. Por supuesto, alcanzar el paraíso visual tiene un coste y esta máquina se esta ofreciendo a 6.000 €., aunque si se dispone de un bolsillo abultado, se tiene una sala dedicada y se es un fan impenitente del cine con mayúsculas, la inversión vale la pena y es absolutamente recomendable. No puedo ni imaginar lo que nos enseñará Miquel en la próxima visita, pero seguro que volverá a sorprendernos.
© G. Cañellas
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