Wilsoniano
Tal vez una de las facetas más apasionantes de nuestra afición sea la de asistir a las audiciones que nos ofrecen nuestros compañeros y amigos. Entre otras cosas porque no hay dos aficionados iguales, ni en salas, equipos u oídos y de todos se puede aprender algo. Precisamente acabo de regresar de una de estas audiciones que realmente nos dejan boquiabiertos. El caso es que un buen amigo, Miquel, músico de profesión, para que luego digamos aquello de "en casa del herrero...", hace un tiempo se planteó acondicionar un espacio para la música en su amplía vivienda unifamiliar y después de darle bastantes vueltas y tomar medidas pensó en el sótano, cuyo primer cometido fue servir de cochera, pero que con el correr de los años acabó convirtiéndose en un guardamuebles y almacén de lo viejo. Llegó a la conclusión de que todos aquellos trastos, probablemente, no volverían a utilizarse y sin más dilación llamó a un conocido para que le vaciase el trastero.
Con el garaje ya completamente despejado, condenó el portón que daba al exterior y comenzó, con la ayuda de un colega ingeniero acústico, a diseñar y acondicionar la nueva sala de música, pero sobre todo, de cine, ya que nuestro amigo es un cinéfilo empedernido.
En nuestra afición raramente, por mucho que lo aseguremos, hay un "final del camino" y Miquel, haciendo honor a esta premisa, empezó a colocar la pantalla, el proyector, amplificador AV y demás aparatos que le permitieran visionar, como si de un auténtico cine se tratara, sus películas favoritas. Pronto se dio cuenta de que su particular "Cinema Paradiso" se le estaba quedando pequeño y fue sustituyendo unos aparatos por otros como si no hubiera un mañana.
Llegados al momento actual y dadas las circunstancias que estamos viviendo, nunca se ha alegrado tanto de haber hecho realidad su sueño y de pasar tantos buenos ratos disfrutando de lo lindo con su configuración actual. Comenzaremos indicando que la sala cuenta con unos generosos 30 mts2, acústicamente acondicionada con difusores y absorbentes, trampas de graves, alfombra y sofá, por supuesto aire acondicionado y calefacción. Nada más entrar, lo primero que vemos es la gran pantalla panorámica de configuración 2.35, Elite Screens Mate White 1.1 de ganancia, de 140" y curva. Realmente espectacular e idónea para el cine. El proyector es un JVC, modelo DLA-N7 de resolución 4K nativa y todo ello viene acompañado por dos cajas Bowers & Wilkins 802 Nautilus, para los canales principales, 3 subwofers, una pareja de 805 Nautilus en los laterales y varios DS3 dipolares, también de la marca británica, distribuidos estratégicamente. El sistema de sonido utiliza la tecnología envolvente Dolby Atmos y acaba de incorporar el novísimo amplificador AV Denon A110 Aniversario Edición Limitada, que ofrece 210 vatios en cada uno de sus 13 canales que utiliza para alimentar los altavoces, excepto los dos principales y el central, para estos, en concreto, dispone de una etapa Mc Intosh MC7106, ciertamente veterana pero que, a su oído, le aporta más que otros modelos más actuales. Como fuente o transporte, según la ocasión, se sirve de un reproductor Blu-ray UHD Oppo 203, pensado de inicio para dotarle de una serie de mejoras importantes en un futuro cercano.
Gracias a la aplicación de Alexa, la iluminación de la sala, total o parcialmente, se activa por voz a voluntad del propietario.
Comenzamos la audición con algunos CD's, en los que participó nuestro anfitrión y con la plataforma Tidal. Se nota el acondicionamiento de la sala, ya que el sonido en estéreo consigue llenarla fácilmente con sus 300 vatios de potencia por canal. Sin duda la vintage Mc Intosh ayuda y mucho a crear esta atmosfera cálida pero potente, detallada y cristalina. Algo menos impactante me pareció Tidal, si bien rayando a un alto nivel.
De todos modos a lo que iba yo era a disfrutar de la imagen y al fin llegó el momento de proyectar algunos fragmentos de películas conocidas como "Ready Player One" de Spielberg, la oscarizada "1917" de Sam Mendes o la franquicia de "John Wick", interpretada por Keanu Reeves, entre otras, donde el Denon se despacha a gusto con un festival de disparos y explosiones que parecen provenir de todas partes gracias a una constelación de altavoces.
Ya conocía las virtudes del JVC y su impactante imagen, sin duda la mejor que he podido contemplar en una sala doméstica, con una definición, fluidez y unos negros asombrosos, además, nuestro amigo, es un experto en sacarle todo el jugo a los numerosos ajustes que permite este proyector de alta gama, imprescindible para disfrutar de sus inmensas posibilidades. La novedad fue el AV Denon y tengo que reconocer que cumple con nota su labor, no hay duda de que la marca japonesa para celebrar sus 110 años de existencia, ha echado el resto en este amplificador, buque insignia de la marca y que, para mi sorpresa, consigue pasar, más que por un AV, por un amplificador de audio de alta gama y al que podríamos denominar, sin ningún género de dudas, de grado audiófilo.
Una tarde memorable y con la promesa de un regreso a la mayor brevedad para poder disfrutar, no ya de fragmentos, sino de una película completa, de las que va bien servido Miquel en sus varios discos duros y blu-ray 4K.
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© G. Cañellas