Cambridge Audio EVO 150, apuesta segura

Los formatos “All in one” (todo en uno) están ganando cada día más espacio dentro del sector que podríamos definir como “amantes de la música”, pero no de los equipos. Y realmente, este es el núcleo principal de los aficionados. Personas que quieren obtener un buen sonido y presencia sin que ello conlleve servidumbres de estética en sus hogares. Dentro de este abanico de productos nos podemos encontrar con todo tipo de propuestas, desde altavoces activos con todo integrado dentro de ellos y conectándose al resto vía wifi e Internet como los Bowers & Wilkins Formation Duo o bien una forma más moderada, a medio camino entre lo virtual y lo físico, como Klipsch The Fives. Los DAC’s se han convertido, casi todos ellos, en servidores, previos digitales, amplificadores de auriculares, etc., como el Gold Note DS-10 para poner solo un ejemplo. Pues hoy analizamos lo que hace años sería un amplificador integrado, pero por obra y gracia de las nuevas tendencias se ha convertido, además, en un DAC, servidor, emisor/receptor de Bluetooth audio y muchas cosas más de las cuales vamos a hablar. Empecemos.

EVO viene de Evolución, que es tal como ellos definen esta línea de productos. Si digo LifeStyle creo que todos nos entendemos de sobras. Estéticamente rompe con las líneas clásicas de la marca, reconocibles a un kilómetro, para entrarnos de lleno dentro de los salones domésticos con una imagen cuidada, elegante y con el acierto de poder “tunear” los laterales del EVO 150 con unas placas de madera en color natural o negro.

Un aviso importante en este punto antes de seguir. El modelo EVO 75 no se trata del mismo producto, pero de inferior potencia en watios musicales como he visto publicado en algún sitio, sino de un producto de inferior conectividad, ya que no dispone de entrada XLR balanceada, ni previo de phono MM, ni USB tipo B y un óptico TOSLINK menos. Ni el controlador del DAC es el mismo, ya que en el modelo 150 hablamos de un ESS Sabre ES9018K2M y, en su hermano pequeño, del ESS Sabre ES9016K2M. Por lo tanto, nos centramos solo en un producto, no en la serie.

Hace años, cuando recibía algún equipo en casa, el procedimiento era siempre igual; desembalar, conectar cables y escuchar. Hoy en día, desembalar, casi no hay cables que conectar y… bajar APP y configurar. El código QR es mi amigo inseparable en estos momentos, para el manual, para la instalación rápida, para el registro, para la configuración… Para un usuario normal, esto no es nada, ya que el cambio de equipo es poco habitual, pero para los que escribimos y probamos componentes es un esfuerzo añadido, y posiblemente, poco valorado.

Con todo lo que he mencionado anteriormente, es probable que a uno le quede la idea que las APP’s para gestión de los equipos sea una pieza angular del desarrollo del propio producto. Y no es así. Muchas veces se utilizan programas de terceros o genéricos que dificultan la utilización del mismo, ya que muchas de las características que muestran, no están disponibles en el modelo en cuestión que tenemos en nuestras manos. El funcionamiento de Stream Magic es tan escandalosamente sencillo y práctico a la hora de configurar todo el sistema y posterior utilización, que el mando a distancia, de acabado metálico y cómodo a la mano, ni lo utilicé.

Con gráficos te muestra todas las entradas y salidas que dispones; marcas las que utilizas solamente, y los servicios disponibles de streaming tuyos y listo. Cuando des la vuelta por todo el switch de conectividad, solo aparecen los que tienes activados, saltándose los que no utilizas. Simple y práctico.

Otra opción no menos interesante son los presets disponibles. En lenguaje llano, accesos directos a: radios digitales, lista de reproducción de cualquier servicio de streaming, carpeta musical del disco duro conectado (si lo tienes, claro), etc. Los que me leéis asiduamente ya podréis imaginar que el preset número uno nos llevaría, inexorablemente, al Boss “Springsteen”.

Con la integración total de servicios en mi Tablet Samsung, encender el EVO 150, seleccionar la música en Tidal (Tidal Connect) o Deezer (vía Bluetooth v. 4.2), cambiar de fuente, seleccionar alguna radio digital, etc., fue tan fácil que me olvidé por completo que tenía un mando a distancia al alcance de la mano todo el rato. Y allí estaba, abandonado encima de la mesa.

Conecté mi televisión al HDMI ARC y al encender mi pantalla se activaba automáticamente el EVO y el control del volumen se traspasaba al mando del televisor. Y al apagar la pantalla también el EVO se apagaba. Es lo que se espera y es lo que hay que comprobar. En mi sistema residente, esto es también posible, pero no igual de cómodo, ya que me obliga a conmutar manualmente.

Tener un servidor incorporado no quiere decir que éste sea eficiente para nada. Como dispongo de un servidor dedicado Daphile montado en un PC de mediana potencia pude hacer una comparativa de velocidad de acceso a mi discografía. Tengo duplicado todo mi archivo musical en el servidor y en un disco duro externo de backup con sistema de ficheros EXT4 (eso lo digo para los entendidos). Pues en pruebas “humanas” era imposible decir cuál de los dos era más rápido en acceso a la música, si mi Daphile conectado al USB B y teniendo que gestionar todo el trabajo, o mi disco duro de backup conectado al USB A y teniendo que hacer este trabajo el EVO 150. Con equipos de medida precisos, seguro que daría resultados distintos en fracciones de segundo, pero esto, a mí, en el día a día, no me preocupa nada. La sensación “humana” es de mismo tiempo, y esta es la que expreso.

Dispone de una pantalla generosa de unos 17 cm x 7 cm, a color. En ella se nos informa de los datos básicos que podemos imaginar del tipo, medio de reproducción, imagen de la emisora de radio, imagen del álbum que estamos escuchando, nombre del álbum y canción. Barra de tiempo, tipo de señal recibida, etc. Justo al lado, 6 mini botones dan acceso directo a realizar algunas de las funciones que estando sentado en el sofá, hacía más fácilmente… Al igual que el potenciómetro y selector de fuentes que han abandonado mi casa sin haber sido utilizados, solo tocados para tener la sensación que transmiten (de buena a muy buena), pero sin olvidar que estamos hablando de un sistema digital, por lo tanto, el potenciómetro pierde buena parte de su función vital en el mundo analógico.

El amplificador es de clase D, un Hypex Ncore. Y voy a ir directo al grano, inicialmente presentaban muchas carencias este tipo de amplificadores, creando un sonido excesivamente brillante y molesto con el paso de las horas. Pero ¿qué sucedió con este Cambridge Audio EVO 150? Pues algo realmente sorprendente. Me explico; reproduciendo una lista de Tidal a través del Tidal Connect (creada por ellos para mí) que parece más bien que hayan interrogado a mis vecinos y hayan conseguido, una por una todas las canciones que me vuelven loco y que hacía tiempo que no escuchaba, desconecté. Desconecté de forma tan profunda que empecé a pedir más y más al sistema. Escogiendo cada vez temas con complejidades en aumento y de difícil resolución, como las masas corales del Réquiem Alemán de Brahms y rematándolo con la Tocata y Fuga de Bach. Aquí regresé a la realidad. Como que había perdido un poco (bastante) el mundo de vista tuve que resituarme. Sin darme cuenta, mi examinador interno se había puesto en nivel de exigencia máxima para un producto que no debe evaluarse en estos términos. Pero quiero remarcar precisamente esto, sin ser yo consciente había ido escalando posiciones hacia arriba, buscando más y más.

Tuve que recuperarme de la frustración momentánea para valorar en su justa medida un aparato que había conseguido hacerme olvidar su nivel de precio y colocarlo muy por encima. La claridad del Sabre en el DAC con la suma de mis altavoces RadioTehnika Giant FS-100N, con sonido cálido, dan un resultado muy, muy musical. Eric Clapton, con su característica forma de tocar la guitarra, ese tempo tan especial que tiene, deja espacios entre notas para que puedan expresarse cada una de ellas con una notoriedad, como si cada una de ellas fuesen una partitura entera. Escuchar el tema “My Father’s Eyes” del albúm “Forever Man” del 2015 y sobran todas las palabras aquí escritas. Y seguimos con este estilo hasta el extasis con Saybia y su tema “I surrender” de su trabajo “There Are the Days”, “74-75” de “The Connells”… ¿Aún respiráis?

¿Y qué pasó con la “Tocata y Fuga” de Bach? Las frecuencias que generan los órganos pueden llegar a ser descomunales por la parte baja y eso obliga a una entrega de corriente a los altavoces enorme. Y no siempre se consigue de forma óptima, aunque si razonable. Porque además, todos sabemos, que llenan por completo una sala y mantienen sin mayor dificultad esa presencia física del sonido con nosotros. Insisto, a priori nunca hubiese “probado” ese track con un componente de dicho nivel económico si no hubiese conseguido confundirme.

Quiere ser estético y lo consigue. Quiere integrarse de forma simple y sencilla en los salones domésticos y lo consigue. Quiere ser sencillo de utilizar y es absolutamente previsible y racional su utilización, teniendo que dedicar muy poco tiempo a descubrir como funciona. Asociado a unos altavoces adecuados puede ser el sueño del 95% de los aficionados a la música. No he puesto a prueba algunas de las entradas que dispone, como el previo de phono, por ejemplo, por no disponer en este momento de un giradiscos adecuado, ya que mi EMT 948 da salida de línea balanceada directamente; y la amplificación ya la había probado con los otros componentes. La competencia tiene trabajo encima para poder ofrecer algo de similares características… y precio.