Mussorgsky, ''Cuadros de una Exposición'' (1)

Modest Petrovich Mussorgsky (Karevo, 1839-San Petersburgo, 1881) era descendiente de una familia de la antigua nobleza y desde muy temprana edad se dedicó a la música. A los 10 años su padre lo lleva a San Petersburgo, donde toma lecciones de piano. En 1852 ingresó en la Escuela de cadetes de la guardia sin abandonar sus estudios pianísticos. En 1856 es ya conocido como gran pianista y compositor. Cuando conoce a Balakirev y a Cui, abandona su carrera militar para guiar sus pasos por los caminos de la música. Aún siendo el más dotado del "Grupo de los Cinco", fue víctima del alcohol, vodka para más señas, y de prolongados ataques de depresión con lo que empezaba pocas composiciones y acababa menos. Tuvo poca, o ninguna reputación durante su vida. En 1881, sin empleo, abandonado por sus amigos y preso de una crisis de "delirium tremens" fallece, a los 42 años, en el hospital de San Petersburgo.

IVO POGORELICH (1958)

Triunfó muy joven gracias a un fracaso. Irrumpió, con 22 años, en el mundo del piano por quedar fuera del prestigioso Concurso Chopin, que se celebra en Varsovia. Lo eliminaron en semifinales. La pianista Martha Argerich, que era jurado, se rebotó y abandonó la competición al grito de: "¡Injusticia! ¡Pogorelich es un genio!". A partir de ahí, su carrera despegó con un extra deresponsabilidad. Debía mostrase a la altura del escándalo. Su marca de la casa es la controversia. Por norma general, suele emplear tempos muy lentos y marcar mucho las dinámicas, que hace que tenga sus más fervientes admiradores a la par que sus detractores. Puede fascinar lo mismo que repeler.

La vida de Pogorelich va unida a la de su maestra Alizia Kezeradze. Se conocieron cuando él tenía 17 y ella 38 años.Terminaron casándose cuando Pogorelich tenía 22 años.

Murió en febrero de 1996 tras una penosa enfermedad. Pogorelich graba los Cuadros en agosto de 1995, a los 37 años de edad y seis meses antes de morir el amor de su vida.

" La conocí a los 17 años y todos mis anhelos de músico y de hombre habían encontrado satisfacción en ella. Cuando nos encontramos, mis estudios estaban en un callejón sin salida. Tenía una pasión musical feroz, pero no encontraba ni la técnica ni la personalidad para expresarla. Me desesperaba ver que no iba a llegar a ningún sitio: quería volar y ni siquiera sabía correr. Aliza me dio las alas que anhelaba. Me enseñó una técnica perfecta, una forma de interpretar llena de colores y matices, me hizo investigar las posibilidades sonoras de los nuevos pianos y me ayudó a construirme una personalidad musical diferenciada. Y cuando el éxito llegó, ella supo mantener en mí el espíritu de autocrítica, de trabajo y de exigencia constante. En mi vida ella eclipsaba todo lo demás. Nunca podías volverte indolente estando junto a ella, ella siempre perseguía la excelencia. Incluso ante la muerte mantuvo el señorío de la gran dama que siempre fue. Sufrí de un modo salvaje. Fui tan feliz durante nuestra vida juntos que aceptar que tendría que continuar solo me llevó mucho tiempo”.

LA COMPOSICIÓN

En julio de 1873 muere el pintor y arquitecto Viktor Hartmann, amigo de los compositores nacionalistas rusosdel "Grupo de los Cinco" (Mili Alexéievich Balakirev, César Antonovich Cui, Rimsky- Korsakov, Borodin) entre los que se encuentra Mussorgsky, e íntimo de éste. Sus más cercanos, organizan una exposición póstuma en enero de 1874 con sus cuadros, diseños y maquetas. Y son las impresiones suscitadas por la contemplación de las pinturas las que Mussorgsky pone en música. La compone, para asombro de todos, en tan sólo un mes, en junio de 1874; y no fue publicada hasta 1886, cinco años después de su muerte. En la base programática trabajan tanto el autor musical como Vladimir Stassov, crítico musical y de arte, que idean un "paseo" del espectador por las diversas salas. Más tarde Mussorgsky se reconocería a sí mismo como tal paseante. Los cuadros de Hartmann dormitaron en archivos rusos durante 50 años, hasta que Alfred Frankenstein los descubrió y publicó en julio de 1939.

Las ideas de Hartmann eran modestas, convencionales y a pequeña escala. Las de Mussorgsky inmensas, iconoclastas y grandiosas. Muchos son dibujos arquitectónicos, bocetos, apuntes, sketches de trajes para ballet.

Aunque el material de esta obra es visual, Mussorgsky lo transforma en materia de reflexión. La composición es una meditación lírica sobre la vida y la muerte. Las dieciséis piezas, correspondientes a diez cuadros, están unidas entre sí por un tema, "Paseo o Promenade", a modo de preludio/interludio, que retorna repetidamente con variaciones orientadas a expresar los desarrollos de la meditación.

Toda la obra es un vaivén entre gravedad y frivolidad e invoca a Hartmann en su música y dialoga con él. Lo primero que conocí de esta obra fue su "Paseo" inicial en la versión orquestada por Ravel; aquella trompeta me subyugaba. Pero la primera versión que escuché fue la versión original para piano en las manos de Ashkenazy. Este fue el inicio de un conocimiento y una búsqueda. Posiblemente, ahí empezó mi interés en coleccionar versiones de las obras que más me gustan. Esa búsqueda, que en alguna ocasión como esta, finaliza felizmente cuando lo que oigo se acerca mucho al sonido que tengo en mi cabeza.

Aunque en un principio sea un obra programática a mí siempre me pareció la carta de despedida de un amigo, a modo de homenaje. Veo en ella mucho dolor y rabia, momentos alegres y belleza muy delicada; recuerdos de vida compartidos. Esto es lo bonito y mágico de la música, que es capaz de transmitir sensaciones sin tener conocimiento del motivo que llevó al autor a componerla. El conocimiento vendrá después, si uno quiere indagar en ello y el disfrute será mucho mayor. Se orquestó varias veces por varios compositores, destacando: Sir Henry Wood, Walter Goehr, Leopold Sotokowski, Lucien Caillet y Maurice Ravel. Existiendo además otra versión orquestada por Sergei Gortschakov y Leo Funtck, cada uno orquestando uno cuadros. De todas ellas, la más famosa y más brillante es la de Ravel, hasta el punto de que Wood retiró la suya al escucharla.