No Return

Roger Subirana
Roger Subirana

El sonido 3D en mi producción musical


La verdad es que, como compositor y productor musical, siempre he tenido mis reparos para salir de mi zona de confort estéreo. Por ejemplo, cuando compuse la banda sonora de la película “Barça Dreams” dirigida por Jordi Llompart (Filmax International) tuve la oportunidad de trabajar en 5.1 y fue espectacular. Es algo que siempre había pensado incorporar a mis álbumes pero, lo que me echaba para atrás, era constatar el hecho de que la gran masa consumista no escucha música en un equipo de alta fidelidad y menos en uno que disponga de salida Surround 5.1. (ya ni digo 7.1). Toda la producción se me complicaría muchísimo para el poco rendimiento económico o mediático que podría reportar realmente un disco de estas características.




Pero nos cruzamos con el sonido 3D (mal llamado 8D) o sonido binaural, que nos permite escuchar dicho efecto simplemente utilizando unos auriculares. Hace bien poco, se convirtió en una “nueva” moda en las redes sociales. Pero, de nueva no tiene nada. Pink Floyd por ejemplo, en su álbum de 1983 “The Final Cut” ya utilizó este efecto holofónico.


Pero en la actualidad, el avance de la tecnología añadido a una factura económica al alcance de todos los bolsillos, ha permitido que muchos músicos tengamos acceso al audio en 3D para incorporarlo a nuestras producciones.



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Personalmente he testeado y utilizado dos plugins software destinados a esta función. El Dear VR Pro, que compré por unos 100 euros y el Ambeo Orbit de Sennheiser que es completamente gratuito. Por su comodidad, sencillez de manejo y resultados, al final me ha gustado muchísimo más, precisamente, el gratuito.


Ambeo Orbit (Gratuito)


Ambeo Orbit

Dear VR Pro


Dear VR Pro


Os cuento aquí mis impresiones, dudas y conclusiones. Se trata sólo de mi opinión personal y que simplemente me dejo guiar por mi subjetividad y experiencia. He abierto la mezcla de una de mis composiciones “Voices” utilizando el plugin Ambeo Orbit como herramienta para ir transformando a 3D las pistas que fueran necesarias.



Aquí viene una de mis primeras dudas. En un tema con pocos instrumentos se puede trabajar cada uno de ellos por separado sin que nada se confunda excesivamente, pero en “Voices”, por ejemplo, ya estamos hablando de más 70 pistas. Por no hablar de temas más orquestales, como “The Orchestral Point of no return” en que metí alrededor de 200 tracks de instrumentos.


Lo que me ha parecido más coherente, ha sido definir qué instrumentos utilizarían el 3D y qué instrumentos no. En términos generales lo he dividido en 3 grupos.

01- Los monos (y no hablo de primates): Al igual que hago con la mezcla, los bajos y sonidos más “subwooferianos” los dejo prácticamente en mono y sin desplazar a ningún lado, exceptuando algún momento concreto.

02- Los lienzos: La parte de los instrumentos “rellenativos” (que digo yo), como pueden ser las cuerdas (slows, secciones sordinos) o pads de sintetizador donde he intentado que tampoco se muevan mucho pero que conserven un estéreo considerable. Teniendo en cuenta que se trata del lienzo donde todo se pintará encima y, en este caso, también debajo y hacia muchas direcciones.

03- Los actores principales: Por último, en lo que más he jugado ha sido en las voces, efectos de sonido y leads solistas. De este modo quizá se note más el 3D por pistas, debido al contraste entre los “sonidos o actores protagonistas” moviéndose por doquier y los “que aguantan el peso homogéneo” más estáticos.


Un recurso a tener en cuenta: En el inicio del tema (introducción) Del 0:00 al 0:28 segundos. He hecho la canción (mezcla) “entera” pasada por un solo filtro 3D. No algunos instrumentos por separado, sino todos a la vez. Realmente en ese método consisten todos los 8D/3D “falsos” que circulan por la red. Lo único que hacen es mover la canción (entera) por el espacio. En este caso, me ha parecido interesante solo hacerlo en alguna parte. Es como coger el tema musical juntamente con la sala entera y moverla toda para posteriormente volverla a dejar donde estaba. En el resto de minutaje de la producción ya vuelvo a trabajar las pistas por separado.


Como conclusiones:
A lo mejor es mi percepción, pero más que un efecto 3D, lo percibo todo como un estéreo "más exagerado" y con una cierta sensación de surround. Lo que me cuesta más de apreciar es la posición de arriba y abajo. En cierto modo, a lo mejor estoy equivocado, pero el software lo que hace al “bajar y subir” es jugar con una especie de filtro “cut”. Al igual que ocurriría con una fuente de sonido en nuestra realidad auditiva. En principio cuanto más cerca de nosotros más nítida y fuerte se oye.


No me desagrada como experimento. El problema lo veo en plantear la integridad de una producción en 3D, porque luego, sin auriculares, se oye fatal. Se pierden (o exageran) frecuencias, efectos, presencia, etc. Creo que es una buena opción como complemento. Si fuera una comida, el 3D sería el condimento preciso que le da el toque especial. Pensar en hacer una mezcla híbrida de stereo+3D. Es decir, en una mezcla trabajar sólo algunos instrumentos o efectos con 3D. Pero que la mayoría estén pensados para un estéreo normal. De este modo, cuando escuchemos el tema musical sin auriculares, no nos perderemos ninguna de sus características y si lo escuchamos con ellos nos llevaremos alguna que otra sorpresa.


Aquí tenéis las dos versiones para que podáis comparar:

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