Dando la nota
El ruido
Ante todo quiero agradecer a Josep el retomar esta iniciativa, y por supuesto que haya contado conmigo, un simple aficionado que si acaso, lo único que me caracteriza es la curiosidad por conocer el porqué de las cosas, y eso me lleva a no quedarme en la superficie, en nuestro caso, de disfrutar sin más del sonido, de la música (aunque dudo que ello me suponga mayor disfrute, todo lo contrario ;-)
Para quienes no me conozcan, una breve introducción, llevo por estos mundos de los foros de audio, desde que comenzaron en España, junto a Josep y otros muy buenos amigos, algunos de los que para nuestra desdicha, no seguimos contando con ellos, de los primeros si no el primer foro en español, y en el mundillo del hi-fi muchos años, décadas. Me llamo Antonio Díaz Rodríguez, natural de Málaga, aunque viviendo más años en Canarias, mi segundo "hogar" y donde debido a las "malas compañías" acabé de perderme en este mundillo.
Voy a hacer si me permiten, una simple reflexión que en estos días de confinamiento, me ha hecho pensar, nada complicado, pero que traigo a estas líneas para compartir y si quieren debatir.
Hace unas semanas, cuando comenzó el estado de alarma, se redujeron drásticamente las actividades comerciales, industriales, tráfico... en definitiva el ritmo de vida frenético que llevábamos como algo habitual, al poco tiempo nos percatamos de cómo bajó el nivel de contaminación, sobre todo en las ciudades.
Como otra forma de contaminación más, que sin afectar físicamente de forma habitual, sí que lo hace a nivel psíquico, el ruido también descendió, casi sin darnos cuenta. Fueron varios hechos que me llevaron a estas elucubraciones al respecto:
Cierta tarde me dice un familiar, - Escucha, ¿lo notas? A lo que prestaba atención y sin entenderle, no acababa de escuchar aquello que tanto le fascinaba, hasta que me hace notar lo siguiente - Silencio, ¡qué tranquilidad! Como algo extraordinario, y es que nos hemos acostumbrado a tal punto a dicha contaminación acústica que no solemos darle importancia. Seguidamente, a ciertas horas me percaté que ciertamente la tranquilidad, el silencio, era más notable de lo habitual, de lo que recordaba.
Cuando nos planteamos mudarnos hace unos 18 años, buscamos mantener aquellas ventajas que considerábamos tener en la anterior vivienda, y lógicamente ganar otras que echábamos de menos y considerábamos importantes, entre estas para mi estaba la tranquilidad, silencio, ausencia de ruidos. Tanto por la zona donde buscar vivienda, como si era necesario aplicar algún tratamiento o reforma para ello. Tuvimos la suerte (y audacia, pues hace falta buena dosis) de embarcarnos en un proyecto de autopromoción, con lo que partíamos de cero, y aprovechando la circunstancia, el aislamiento acústico se planteó desde el comienzo del proyecto. En estos días, ese silencio es más notable, aun en zonas menos pobladas se aprecia.
La población en general, ajena al mundo inmobiliario y de la construcción, suele desconocer todas estas normas que rigen al respecto, me incluyo el primero, ya que fue por necesidad, o interés particular, que en su día me empapé de ello.
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