¿Cómo se prepara una “review” para un componente hifi?

Muchas veces, saber cómo funcionan las interioridades en las “trastiendas” o el “Making of...” de las cosas tiene su interés para el público en general. Es por este motivo que he pensado que un artículo al respecto podría tener su gancho. Seguramente muchas de las cosas suenan evidentes pero también lo son el hecho de que hay que maquillar a los actores, preparar las cámaras, las localizaciones, etc., y no por eso pierden su misterio y encanto.

Personas, agendas, móviles, e-mails y… Whatsapp.

El mundo del High End en España es mucho más limitado de lo que puede parecer a primera vista. Cuando llevas unos cuantos años dando vueltas por él, o conoces al importador directamente o puedes delegar en una persona de confianza que sí lo conoce en persona. Incluso puede ser que tengas su móvil en tu agenda pero prefieras hacer la gestión por una persona interpuesta para mejorar la confianza. Porque la palabra confianza adquiere un papel fundamental y más adelante tendréis muy claro el porqué.

Como editor de Amigos HiFi, tengo que tener un equilibrio entre las cosas que quiero publicar y la posibilidad de hacerlo. Es un balance donde tienes que poner contenido atractivo para todos los públicos posibles al que va dirigida la revista, intentando que exista una variedad suficiente e interesante. Después, coger el móvil para iniciar los contactos previos con las empresas para saber de qué disponen para su cesión. Son los componentes que quieres poner a disposición de tus analistas. Y dar un periodo de tiempo razonable entre unos y otros para que las pruebas puedan ser más sosegadas y realizadas sin presión ninguna.

Otra palabra importante aquí es presión. Garantizar a tus colaboradores que vas a recibir todos los posibles golpes tú sin traspasar a ellos ninguna responsabilidad da confianza a quien dedica su tiempo y esfuerzo para elaborar un escrito con sus sensaciones reales, sin necesidad de condicionar su texto para nada, ya que disponen de un cortafuegos que les libra de cualquier presión que se intentase aplicar a la hora de valorar cualquier componente.

Llegados a este punto, los importadores ofrecen una lista de posibles productos a analizar. La selección de los mismos siempre se decide desde la dirección de esta revista, estando condicionada solamente por lo que creemos que es el interés del lector. Y punto. Y punto. No es un error de edición; lo he escrito dos veces para que quede muy en claro.

Confianza entre profesionales.

Cuando tienes que enviar, por ejemplo, un previo de 9.000 € a casa de una persona sin otro documento que la entrega del mismo, más te vale confiar y mucho en las personas que hay detrás de la publicación. Estamos hablando de fuertes sumas de dinero que envías a casa de alguien que quizás no conoces pero sabes que es de confianza de la revista. El transporte y el producto corren a cargo del importador y sin garantía alguna del resultado que van a obtener de su desembolso económico. Quien sea incapaz de aplaudir en este punto, está tan fuera de lugar que ni falta hace discutir con él.

Transporte y entrega.

Una vez decidido el producto a analizar y la disponibilidad del mismo, se realiza el intercambio de los datos de la persona receptora y dirección de entrega. En mi caso, informo de forma detallada de la evolución de la entrega al importador para su tranquilidad y análisis, ya que tiene en tiempo real una referencia de cómo está trabajando su empresa de transporte. Cualquier pequeña anomalía es informada y el producto que llega a casa es fotografiado y enviado por WhatsApp de forma inmediata para saber en todo momento las posibles incidencias. Una vez en casa, 24 horas de aclimatación para evitar un posible efecto de condensación de agua dentro de la caja para eliminar, al máximo, una desagradable sorpresa al conectarlo a la línea eléctrica.

¿Lo tenemos todo? A veces no.

¿Qué sucede cuando tienes que probar un aparato que únicamente dispone de salidas RCA si tú solo dispones de balanceadas en tu sistema personal? Llamada urgente al mismo importador o a otro de tu órbita de contactos para solicitarle el elemento que hace falta para poder realizar las pruebas necesarias. Este contratiempo siempre hace ir todas las cosas más lentas pero sucede, y vaya si sucede. Y no siempre se soluciona desde la revista; hay colaboradores con suficiente prestigio personal en el sector como para arreglarlo ellos mismos y hacerme la vida más relajada.

Inicio de las pruebas y conclusiones de las mismas.

Aquí desaparezco. No existo. Libertad total para quien escribe y opina. Cada vez que recibo un artículo de mis colaboradores es un acto de confianza mutuo. Mía en ellos porque mi respeto hacia su obra hace que no haga otra cosa que corregir algún posible error de tipografía u ortográfico. Lo demás se mantiene todo, palabra por palabra. El prestigio de la revista está en manos de mis colaboradores. Mi único filtro es encontrar la gente adecuada y válida. Y siguiendo con la confianza mutua, ellos en mí, porque saben que cualquier cosa que escriban va a ser publicado sin ninguna censura previa ni condicionamiento. Y esto les da un plus de responsabilidad que, mes a mes, demuestran de forma holgada que la confianza depositada en ellos es merecida.

Devolución de los aparatos.

Aquí, en este punto, quisiera hacer caer en el detalle a los lectores de lo que supone realmente esto. No estamos hablando del hecho de empaquetar, coordinar con el transportista y entrega del mismo, lo que es tan evidente que ni mención especial merece. Me refiero al hecho de que durante un tiempo has disfrutado en tu sistema de algo que quizás te ha entusiasmado y te ha hecho volar en el nirvana y que en un punto determinado tienes que devolver sin posibilidad de quedártelo, ya que el precio está fuera de tus posibilidades. No es fácil, y va mi reconocimiento para ellos por lo que supone esta separación. Cuando un aficionado prueba un aparato en casa, es por la posibilidad real de quedarse con él en caso de llenar sus expectativas. Aquí no. Valoremos en su justa medida esto.

Publicación de los resultados.

Es un momento de nervios. ¿Cómo lo recibirán los lectores? ¿Hemos acertado en la elección del componente? ¿Cómo será el primer impacto en lecturas del mismo? Aquí no hay pautas y cada artículo es un mundo pero estas incertidumbres existen. Son la sal de la vida del editor.

Pero también está la otra parte, ¿cómo lo recibe el importador? Normalmente sucede lo siguiente: si le gusta el escrito y reconoce en él las virtudes de su producto, de forma automática lo distribuye entre sus contactos y redes sociales. Le da difusión. Sabes que ha funcionado bien cuando las lecturas del artículo son altas, los comentarios en las redes sociales son positivos y el importador le da difusión al mismo. En caso contrario, suena el teléfono…

¿Y solo el número de lecturas marca la satisfacción de los lectores o los comentarios en las redes sociales? Pues no. Existe otra medida muy válida y que funciona casi siempre: los clicks a los anuncios de Google o las compras a Amazon o eBay. Cuando el contenido de un artículo o la revista en general es del agrado de los lectores, esto ocurre casi siempre: se activa una respuesta favorable a la publicación y una voluntad de querer ayudar “en algo” a la misma. Y esto se traduce en comprar a través de algún enlace patrocinado o bien visitando algún banner publicitario de Google. Con el tiempo, he aprendido que los artículos de calidad, ya sean musicales o de “reviews”, generan esta reacción, y por esto, crear un producto de calidad no es ni opción, sino necesario para poder recaudar algo de fondos para subsistir como revista libre de presiones.

Espero que todo esto haya sido de vuestro interés y la próxima vez que leáis un artículo, tanto aquí como en cualquier otra revista dedicada a lo mismo, tengáis en mente el enorme esfuerzo que se dedica para poder informaros a todos de las novedades que van apareciendo en el sector del audio de calidad.