Wilsoniano
En 1971, la japonesa Teac Corporation (Tokyo Electro Acoustic Company) crea su división de grabación de audio profesional con el nombre de Tascam. Conviene también indicar que bajo el paraguas de Teac tenemos la marca de audio de alta calidad Esoteric. Tascam comienza una aventura apasionante y que sigue vigente 50 años después, siendo, este 2021, sus bodas de oro en la élite del audio. Su sede está ubicada en California y es especialmente conocida por la calidad y variedad de aparatos grabadores. Se le reconoce como el inventor del Portastudio, las primeras grabadoras de estudio caseras multipistas basadas en cassettes. Actualmente, en su amplio catálogo, destacan grabadoras de audio portátiles, micrófonos, mesas de mezclas, reproductores de CD e incluso pletinas de cassette. Hay que destacar que la mayoría de sus artículos tienen unos precios muy atractivos. Su representante para España es Zentralmedia.
Antes de entrar en el tema que nos ocupa tengo que confesar que ya poseo un Tascam, en concreto, un grabador/reproductor de minidisc, el MD 801R MKII, una máquina también de corte netamente profesional y de la que estoy muy satisfecho por todas las posibilidades que ofrece y, especialmente, por su sonido.
Vista en detalle de los Vúmetros y controles de volumen de auriculares, grabación y reproducción entre otros.
Detalle del lado derecho con los controles principales de avance, rebobinado y reproducción, contador de cinta y multifunción.
Lo cierto es que mi buen amigo Josep del Penedés, un día me comentó que tenía una máquina en gran estima y que no había querido desprenderse de ella en los más de 15 años que hace que le acompaña. Se trata del modelo Tascam BR20. Añadió que si podía interesarme me la ofrecía, ya que consideraba que podía coronar mi colección y, según su opinión, el BR20 estaba un escalón por encima de todos los demás. Un músico que había sido su primer dueño se la vendió allá por 2005 en Barcelona y el bueno de Josep se agenció una carretilla para acercarla hasta el coche, ya que los 28 kg., de la “criatura” no aconsejan precisamente llevársela bajo el brazo. Desde este año estuvo en un lugar de privilegio dentro de su amplia colección, en su tiempo, formada por más de 100 modelos de las marcas y modelos más populares y conocidos.
Imagen panorámica del BR20 delante del Technics y flanqueados por las etapas Plinius SA103
Aprovechando un viaje muy reciente en coche por la Península pasé por su casa y pude echarle un ojo y los dos oídos. Tengo que reconocer que al principio, por problemas de espacio, quería destinar la última pieza a incorporar, la sexta, a un Studer, tanto me había gustado el A807 del amigo Dani y al que ya dediqué un artículo en este mismo medio, pero después de verlo y tocarlo confieso que me enamoré del BR20 en el acto. Bien embalado y entre los dos lo colocamos en el maletero y la misma noche ya embarqué para Palma. No me atrevo a asegurarlo, pero cuando partí, por el retrovisor, me pareció que una lágrima de despedida asomaba por el ojito derecho del maestro Josep. Ni qué decir tiene que al día siguiente ya comencé a instalarlo y realizar las primeras pruebas.
Vista lateral izquierda del BR20 sobre su consola en posición de “reposo”, es decir, lo más reclinado posible para que no se pierda detalle del precioso Technics RS1500, además de permitir que el cableado no sufra en absoluto, ya que está conectado justo por detrás.
Lo primero que quiero resaltar es la cantidad de botones y funciones que tiene el Tascam, sin duda toda esta tecnología denota su carácter profesional: 2 pistas, 2 velocidades: 7.1/2 y 15 ips., 3 cabezales y 3 motores, entradas y salidas balanceadas y RCA, tomas para ordenador, conmutador para ecualización NAB e IEC, función de edición que sirve para poder avanzar la cinta manualmente milímetro a milímetro y para bobinar o rebobinar de forma más lenta y precisa, 3 botones de memoria para marcar determinados puntos de la grabación y poder volver ahí en cualquier momento, “autoplay” y también, muy útil, teclas para introducir un número concreto de tiempo y acceder de inmediato. Pitch control, toma de auriculares y un largo etcétera. En resumidas cuentas, una máquina muy completa. Este modelo fue el tope de gama de la marca, introducido en el mercado en 1991 y que ya incorporaba un pequeño “cerebro” electrónico. Como upgrade me vino un manual original y dos bobinas con el logotipo Tascam. En su día la marca ofrecía como accesorios opcionales: un mando a distancia por cable, un sincronizador/Controller y una consola para instalar el reel, por cierto, muy bonita y elegante.
Detalle del lado derecho donde se aprecia el hueco de un asidero, muy necesario para mover los casi 30 kg., del magnetofón. También se pueden apreciar los mandos manuales para subir o bajar el grado de inclinación de la consola. Estoy en fase de añadir un controlador para mando a distancia.
Aprovechando mis cintas de calidad y a las que ya me conozco de memoria, empecé una sesión de escucha de lo más agradable. ¿Qué cómo suena?, cómo se podrán imaginar la mar de bien, un sonido bastante refinado, muy silencioso en su funcionamiento, las teclas apenas hay que rozarlas para que se activen y el giro de las bobinas es muy regular y preciso. Tal vez en finura sea el mejor de mi colección, también es el más moderno y reciente y eso se nota en muchos aspectos y detalles. Mentiría si dijera que su sonido es superior al Technics RS1500, Revox PR99 MKIII o al Otari MX5050. Todos ellos rayan a gran altura y seguramente las diferencias son mínimas, cuestión de matices y de preferencias y gustos. Tal vez el Tascam tenga un discreto plus de calidez y elegancia, pero donde si les gana a todos es en el placer de su manejo, en la suavidad del transporte de cinta, en las teclas que solo hay que acariciarlas y en las múltiples funciones que nos hacen las grabaciones, ediciones y escucha más fáciles. Algunos aficionados consideran que el BR20 es una versión económica del Studer A810, incluso se han referido a él como el “Studer del pobre”, injusto calificativo para una máquina tan exquisitamente construida. Curiosamente, algunos poseedores de un Studer, tal vez por la simplicidad y comodidad de manejo, vuelven, para el día a día, al Tascam, por algo será…
Posición de la consola elevada máxima y detalles del cableado eléctrico e interconexión de entrada y salida.
Imagen del Tascam BR20 “tuneado” por UHA y reacondicionado para ofrecer un sonido excelso. Cabezales nuevos, motores… observar el logo de UHA en ambos lados y en los mandos de control de volumen, así como otros detalles añadidos.
El último modelo de magnetofón fabricado por Tascam fue el BR20T, dos pistas, en 2004 y que se ofrecía al precio de 4.000 dólares de la época. Por otra parte, actualmente, no es sencillo encontrar piezas en buenas condiciones de funcionamiento y a precios razonables. Puede influir, por ejemplo, que firmas como la norteamericana UHA (United Home Audio) se hagan con algunas piezas y las tuneen, dejándolas en un estado de funcionamiento sobresaliente, pese a que con los “arabescos” (su logo) con que las decoran, en mi opinión, quedan demasiado recargadas. Por supuesto los precios a los que se ofrecen son muy importantes e incluso anuncian su tope de gama, el “SuperRecordDeck” que utiliza como transporte un BR20, por más de 100.000 $…
Imagen del SuperRecordDeck de la estadounidense UHA. Si se observa con atención se aprecia claramente que la base es un Tascam BR20 al que han sustituido la placa frontal inferior y los mando y vúmetros se alojan en cuerpos separados. Por supuesto que se han mejorado muchos de los componentes electrónicos, sustituidos los pies al igual que otros elementos clave, que menos para justificar los 106.000 $ que piden por la máquina en cuestión.
Termino comentando que le he preparado una consola totalmente a medida y cuya inclinación puede activarse eléctricamente mediante un motor lineal, según nos interese tenerlo más presente/levantado o, por el contrario, bajarlo para tener un mejor acceso al Technics que está detrás. El BR20 no se merece menos y también como es de bien nacidos ser agradecidos continuar mimando esta unidad tal como hizo Josep durante tantos años. Gracias maestro por tu generosidad.
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© G. Cañellas