IFI Audio ZEN CAN

Hay aparatos que tienen su razón de ser debido a una practicidad de uso que resuelve muy bien el objetivo para el que han sido creados. A primera vista, el IFI Audio ZEN CAN es eso: un amplificador de auriculares compacto, efectivo y eminentemente práctico y fácil de usar. Es decir, parece que viene a resolver la falta de potencia y calidad que tienen las salidas de auriculares de smartphones, televisores, ordenadores, previos, DAC, etc. Pero, a poco que examinemos sus características técnicas, nos vamos dando cuenta de que este pequeño IFI ZEN puede tener más recorrido del esperado y entrar, aunque sea tímidamente, en la esfera de los productos serios High End. Su aspecto y construcción respetan absolutamente el diseño y tamaño de los demás componentes de la familia ZEN. Y, por supuesto, se complementan muy bien entre ellos. Pero lo primero que nos llama la atención es la potencia declarada de 1.600 mW. El IFI ZEN aspira, por tanto, a mover todo tipo de auriculares incluyendo los gamas medias y altas por duros que puedan ser. Lo segundo que llama la atención es la estructura completamente balanceada de su circuito. No solo eso, sino que, como aparatos mucho más aspiracionales, parte de una arquitectura doble mono basada en clase A. De hecho, según el fabricante, toda esta arquitectura está inspirada en el buque insignia de la propia marca: el reputado PRO iCAN. Pero, por si todo lo anterior no nos hubiera impresionado lo suficiente, los componentes internos del IFI CAN proceden de marcas tan reputadas como PANASONIC, TDK o TOCOS Co. Ciertamente, al manipularlo, se le nota sólido, relativamente pesado y muy bien acabado.

Pero, como no puede ser de otra manera, vamos a probarlo a fondo durante algunas semanas asociándolo a fuentes tan diversas como directamente a un PC Toshiba, a un DAC MusicStreemer II, a un reproductor de CD NAD y a al previo de phono de la propia marca IFI ZEN PHONO cuya review completa tenéis aquí. Respecto a los auriculares, hemos ensayado con mis fieles Hifiman HE 400i y con los best-seller Sennheiser HD 650. Pero, antes de entrar en materia, vamos a dejar constancia de las pocas cosas que no nos han gustado. En primer lugar, el pulsador XBass me ha parecido excesivo por su elevado intrusismo. Reconozco que en algunas grabaciones y con los Hifiman, ha añadido pegada y espectacularidad a la música, pero en la mayoría de los casos, convierte unos graves de entrada muy sólidos y limpios en un retumbe cabezón y casi agresivo. Y algo parecido puedo decir del efecto 3D, que a pesar de que pueda resultar más o menos gracioso, no tiene nada que ver con lo que debería proporcionarnos un verdadero aparato de Alta Fidelidad. Y dirá el lector de esta review: no se activan y problema resuelto. Efectivamente podemos hacer eso, pero es una lástima que, en lugar de eso no se hubiera aprovechado para, por ejemplo, incluir un pequeño dial de control de tono discreto y menos intrusivo.

Pero volvamos a lo importante, el IFI ha demostrado un músculo sobrado para mover los Hifiman en la primera posición de la ganancia y los Sennheiser en la segunda y la tercera (según la fuente asociada). A destacar el increíble nivel de detalle de la entrada que conecta por balanceado con el previo IFI ZEN PHONO. Diría que con dos aparatos (más el cable 4,4 mm.) que sumados no llegan a 400 euros he conseguido una calidad de sonido impensable a partir de mi REGA PLANAR P3. Pero, con el resto de fuentes, no se ha quedado atrás. El tema “Shape Of My Heart” de Sting (del cd “Ten Summoner’s Tales”, 1993) se ha reproducido con un nivel de detalle exquisito (Hifiman), una sensación de espacio (Sennheiser) y una dinámica rotunda (ambos) que van más allá de lo esperado en un amplificador de auriculares de este nivel de precios. Para que el lector se haga una idea, mi referencia es el reputado Lehmann Audio Rhinelander que voy alternando con el ZEN para encontrar sus límites y sus virtudes. Pero la verdad es que una y otra vez, los límites vienen siempre de la fuente (por ejemplo, el ordenador) porque el IFI ZEN transmite de forma honesta y, sobre todo muy detallada, toda la información que le llega. Así, si reproduzco la música desde el disco duro de mi PC pero a través del DAC MusicStremer II, consigo alcanzar una fidelidad tímbrica excelente en todas aquellas grabaciones de jazz con instrumentos acústicos que tanto me gustan. Según cada tema, el resultado se optimiza con los Hifiman, que de entrada son más inmediatos y fáciles de mover, o con los Sennheiser, que son algo más oscuros y alejan a los instrumentos solistas del frente de la escena.

Pero siempre con un equilibrio y con una limpieza muy meritorias. Y, precisamente en estos momentos en los que estoy apreciando la gran calidad de este versátil amplificador de auriculares, me ratifico en la innecesaria inclusión de los efectos especiales mencionados anteriormente. Porque, gracias a sus entradas y, sobre todo, a sus acertadas posibilidades de ajustar la ganancia, el IFI ZEN se convierte en un aparato imbatible en su categoría. Expresado de otro modo, he sido incapaz de encontrar debilidades en su rendimiento. En realidad, hace su trabajo de forma tan neutral, que las características en el sonido dependerán más de los auriculares escogidos. Por lo tanto, este amplificador de aspecto modesto y coste casi ridículo, se convierte en una sólida alternativa para mover todo tipo de auriculares High End. Y, por supuesto, sin olvidar su practicidad para, por ejemplo, crear un pequeño sistema de Alta Fidelidad en nuestra oficina o despacho. Sea cual sea el trabajo que se le encomiende, y sean cuales sean las fuentes o los auriculares, el IFI ZEN CAN siempre lo ejecutará todo a la perfección y sin sorpresas.