No Surrender
Hace poco tiempo leía que Peter Thomas, propietario y diseñador de PMC (Professional Monitor Company Ltd)estaba satisfecho porque la empresa había adquirido hacia poco una nave industrial como lugar donde los incontables seguidores de la firma de todo el mundo podrían ubicar de forma precisa el nuevo lugar de sus sueños musicales.
A veces he tenido la impresión que muchas personas hablan de esta marca, pero que su sonido y cómo realmente suenen es más desconocido. Espero que después de este artículo, todos podamos conocer algo más de este fabricante británico y sus creaciones.
En primer lugar vamos a posicionar a nuestras invitadas de forma correcta. Estamos hablando de un monitor de tamaño medio, en líneas generales, pero que es el mayor de la marca en esta serie. El PMC Twenty5.22i. Sus características principales son:
Para las bajas frecuencias tenemos un cono g-weave™ de la propia PMC de 6,5"/170mm de largo alcance con chasis de aleación fundida y para las frecuencias altas un PMC/SEAS®, serie twenty5i de 19 mm, cúpula blanda de tela SONOMEX™, refrigerada por ferrofluido, con rejilla de dispersión. Una respuesta de frecuencia de 39Hz – 25kHz, impedancia de 8 ohmios y se recomienda un amplificador entre 15 y 200 Vatios.
De los datos que he dado anteriormente, el único que no acaba de convencerme son los 15W mínimos. Yo, por prudencia, subiría bastante este número, la verdad sea dicha y a riesgo de equivocarme. Pero no he tenido la sensación de ser altavoces fácilmente manejables. Creo que necesitan un poco de “mano dura” en forma eléctrica para dar lo mejor de sí.
Las concesiones a la galería son inexistentes. Incluso su inclinación frontal tiene más que ver en la alienación temporal del sonido para el oyente que no en la estética pura y dura. Su salida ATL(Advanced Transmission Line) frontal conjuntamente con la rejilla del tweeter dan la personalidad visual al altavoz.
Coincidiendo en el tiempo con estas cajas, he acabado de instalar un Roon Core en mi setup musical, así que para mí será un doble estreno musical, a través del sonido y de su gestión. Más adelante, en un artículo posterior ya hablaré del Roon y sus virtudes.
En mi salón de 30 m2 no he tenido en ningún momento la sensación de “abusar” de los altavoces, ya que se han demostrado más que suficientes para dicho tamaño. Como pequeña concesión a la estética tengo que reconocer algo antes de seguir. Aunque las fotografías están realizadas encima de un soporte de hierro con relleno de tierra, este es demasiado elevado para mi gusto con estas cajas y para la escucha he utilizado otros soportes que tengo de menor calidad visual, pero más bajos y por tanto, se ajustan a la perfección al punto de escucha de mi sofá.
Anteriormente he comentado que estaba probando al mismo tiempo el software Roon v. 1.8, por lo tanto mis habituales vueltas musicales por el mundo se han multiplicado debido a la facilidad de uso, y por qué no decirlo, para ir experimentando cosas. Viajar por el mundo y las épocas distintas de la vida a través de la música es un placer oculto que todos los lectores de esta revista conocemos. Aunque no tengo tan claro que los extraños a este universo sonoro entiendan tan bien. Y sabéis ¿cual es el único requisito imprescindible para poderlo conseguir? Poder olvidarte del equipo de música. Existen combinaciones que vuelven lo anteriormente mencionado imposible literalmente. Tienen ese punto que te rompe el equilibrio y te devuelve a la sala. En algunas presentaciones he visto como la necesidad de juntar dos productos del mismo distribuidor hacía un daño enorme a este por ser incompatibles entre ellos, quedando ambos tocados.
El fluir musical debe ser presente y discreto a la vez para evitar la fatiga del oyente. Un ejemplo bastante simple, pero revelador a la vez; los fuegos artificiales son espectaculares durante un cierto tiempo, luego te cansas. Handel hizo una música para los reales fuegos artificiales que no te cansa por más veces que la escuches. ¿Qué sistema quieres en tu salón?
¿Qué me dice la música?
Tal como he comentado anteriormente, al estar probando el Gestor de Contenidos Roon al mismo tiempo que los altavoces, la cantidad de contenido musical que he estado testeando ha sido superior al normal. Por lo tanto, voy a mencionar solo alguna de las obras por su relevancia y revelación para mí.
PMC y Nirvana me parecía la combinación más lógica antes de empezar a disfrutar de estas cajas. Estaba convencido de que su dinámica y su presencia sonora potente serian unos aliados extraordinarios. Y no me equivocaba en nada, “Litium” de Nevermind empieza con unos punteos de guitarra metálicos claros y definidos, suficientemente separados entre ellos para vivir sin más el halo de frecuencias que te invaden de forma nítida antes de entrar de lleno en la saturación sonora que el estilo de música pide. Posiblemente fue en ese momento donde el tamaño de los monitores y la sala mostraron menos sinergia, es decir, me sobraban metros de sala o faltaba algo de caja.
Sin dejar el mismo álbum tenemos el “Come as you are”. De verdad lo digo, la reproducción de los Twenty5.22i de los solos de guitarra darían para hacer un artículo aparte. Los primeros 15 segundos del tema son para escucharlo en bucle infinito. Si algo he aprendido durante todo este tiempo es que el sonido real no existe, pero el ideal imaginado debe ser algo muy parecido a estos momentos.
Uno de los trabajos menos comentados de Dire Straits es el Communiqué. En él nos encontramos una pequeña joya “Follow me home”. Los sonidos grabados de la costa, con el romper suave de las olas van dando paso a un tema sencillo, de instrumentalización muy básico, pero de resultados brillantes. Nuevamente aquí disfrutamos de otra forma de interpretar las cuerdas; las brillantes de Knopfler marcando el punto justo de magia y el bajo repetitivo hasta el final, dando cuerpo al tema. Al igual que prácticamente todos los modelos de altavoz más compactos, en composiciones de este tipo respiran, ya que el movimiento de aire que necesitan impulsar para crear la fantasía del directo es mucho menor, y eso les da una ventaja respecto modelos más grandes en dinamismo. Dan lo que se esperan de ellos, teniendo en cuenta el precio de los mismos.
Y hacemos un cambio de cuerdas y nos vamos a las vocales. Ann Hallenberg es una mezzo soprano sueca que tiene una voz que me tiene arrebatado. Desde que descubrí su Carnevale 1729 que me es imposible no escucharlo con cualquier aparato nuevo que pise mi sala. En el primer corte “Mi par sentir la bella” me sumergió otra vez en aguas muy conocidas por mí, pero ¡con unas PMC! Os garantizo que antes de estas pruebas hubiese apostado dinero que eso no podía suceder. Mentalmente, por bloqueo mental o como prefieran ustedes, creía que eso no podía ser. La voz fluía de una forma magnifica, no carnosa, pero muy definida. Nada dulce sino clara. Fue escuchar la voz de mi “amiga” de forma distinta aunque muy agradable. Tenía que seguir. En “No sempre invendicata” la gama de posibilidades que tiene su voz se despliegan en todas sus facetas, exhibiendo, trinos, gorgoritos y todo tipo de adornos vocales para dejarnos exhaustos de placer. Con un sonido diferente al que estoy habituado, pero realmente atractivo y adictivo. Ese fue mi gran momento en este artículo al juntar el disfrute musical con la enormemente grata sorpresa de poder vivir mis composiciones de cabecera de una forma algo distinta.
Conclusiones
He hablado de fuegos espectaculares y cansados al poco rato; y música que está por encima de ellos. Antes de tener los PMC Twenty5.22i creía que tendría unos monitores del primer grupo y las evidencias han hecho virar mi prejuicio hacía la realidad. Y lo cierto es que las PMC se han mostrado superiores a cualquier idea preconcebida que tuviese de ellos en música como la barroca, tanto en voz como en instrumentos (genial). Contundentes en sonido grunge, dando vida al Nevermind y sus guitarras siempre dentro del umbral de la distorsión. No disfruté tanto en el techno. Los amantes de este estilo y sus bajos “gomosos” no están bien representados en estas cajas más rockeras y agudos suaves, nada estridentes. Y no olvidemos a los apasionados de la música clásica, que si quieren vivir una forma distinta de disfrutar de su música preferida, pero sin la necesidad de ese toque “cálido” típico, tienen una buena opción.
Imagén de los altavoces PMC Twenty5.22i, amplificador Bow Technologies Wazoo XL y el servidor Roon en funcionamiento.
Web Fabricante | PMC |
Web Distribuidor | AT Consumer |
Precio | 3995 € aprox. |
Hoja Técnica | ----- |
Manual de usuario | ----- |
Amazon |
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