La atracción de lo imperfecto
Análisis de producto de las cajas acústicas GRAHAM LS3/5
El monitor Graham LS3/5 es, de entrada, un producto muy especial del que no se puede separar el aura histórica que le precede como altavoz que recrea el concepto original de monitor de estudio para la BBC. Estamos hablando, por tanto, de un producto con un valor añadido que va más allá de su rendimiento sonoro. Aquí no se pretende únicamente que estas Graham suenen bien sino que, además, conserven algo de la vieja huella sonora de los primeros LS3/5A producidos por KEF en los años 70. Por lo tanto, vamos a ser un poco cautelosos a la hora de exigir según que prestaciones queramos obtener. Porque, podría ser, directamente, que estas Graham no pretendan ofrecer esas prestaciones. Existen otras marcas británicas que también son herederas de ese concepto y que fabrican sus propias versiones de LS3/5A (Haberth, Spendor, Rogers…). Todas ellas comparten características técnicas equivalentes y tienen precios que tampoco distan mucho los unos de los otros. Para esta review he escogido la versión LS3/5 (sin la “A”) de Graham, por dos motivos. El primero porque, en general, la marca tiene un portfolio muy honesto y coherente entre sí. Y lo segundo, porque la versión sin la “A” debería un poco más “generalista” y no tan radical dentro del concepto original. Es decir, creo que, en este modelo, Graham desarrolla un producto para un público que tiene bastante claro lo que quiere pero sin necesidad de que, en el resultado final, se tenga que ser más papista que el Papa.
Con estas premisas, he de aclarar que las Graham, en la realidad, son tan o más ?highlight=WyJncmFoYW0iXQ==pequeñas de lo que aparentan en la foto. Además, también son bastante ligeras. Están muy bien acabadas y transmiten con autenticidad esa estética clásica sobria y sin concesiones a ninguna creatividad. Su transductor de medios/graves es de tan solo 110 mm. El tweeter de 19 mm., por su lado, tiene una práctica rejilla metálica que probablemente ayude también a equilibrar el sonido en el sentido que su diseñador persigue. En cualquier caso, son unos altavoces para usar mayoritariamente sin la rejilla exterior imantada y así tener a la vista ambos transductores junto con los típicos tornillos del panel frontal. Y, como veremos, las LS3/5 van a necesitar mucha corriente. El amplificador asociado a ellas deberá tener mucho músculo y una generosa reserva de energía. Mi Musical Fidelity M6si, en este caso, ha sido perfecto para moverlas con solvencia y autoridad sobradas.
La primera pregunta que surge cuando se habla de estos pequeños monitores es ¿Tendrán suficientes graves? Podría dejar la respuesta para el final y dejar algo de suspense en este artículo de análisis. Pero dada la importancia de la cuestión voy a ser tajante desde un principio: Las Graham LS3/5 sí tienen suficientes graves. Aunque, obviamente, con alguna limitación. La más evidente es la extensión de los mismos. Pero quiero insistir en ese punto: los monitores para nada tienen unos bajos desinflados o débiles. Lo que ocurre es que, a partir de cierto punto (¿ 80 - 100 Hz ?) apenas bajan. Eso sí, hasta donde llegan lo hacen bien o muy bien. Las LS3/5 son de recinto cerrado y me atrevería a decir que la gestión que hacen de las notas bajas es mucho mejor que la de la mayoría de monitores bass-reflex. Estos últimos, para reforzar el peso de los graves, enfatizan una determinada frecuencia con el tubo de salida con una serie de efectos secundarios que en el caso que nos ocupa no existen. Por ejemplo, con las Graham se puede seguir cualquier línea de bajo eléctrico o acústico entendiendo perfectamente la nota que están tocando, sin saltos en la intensidad y sin rellenos artificiosos. Altavoces mucho más caros no pueden decir lo mismo.
Veamos otra de las limitaciones de estas LS3/5. En “Caribe” (2.009) con la Michel Camilo Big Band, conforme los diferentes temas van sumando instrumentos e intensidad, los pequeños monitores británicos lo aplanan todo un poco y, sin perder la compostura ni la fidelidad a la grabación, transmiten cierta sensación de compresión. Es como si, en una caja tan pequeña, los músicos se apretujaran entre sí. De alguna manera, pese a que la escena sigue siendo correcta desde un punto de vista tridimensional, la altura de la misma queda limitada. La ventaja de este carácter algo comedido es que difícilmente se incurrirá en excesos de ningún tipo. Son unas cajas muy duras (83 dB) y la dinámica no es en ningún caso explosiva. Sin embargo, con las Graham LS3/5 la fatiga auditiva ni está presente ni se la espera.
En “Still Live” (1988) del trío Jarret/Peacock/DeJohnette en versión vinilo vamos a descubrir otra de las virtudes de estos monitores. Se trata de la sorprendente y realista restitución del piano de Keith Jarret, impropia de una caja de tan solo 5 litros. Parece que el secreto está en la perfecta cohesión entre ambos transductores que actúan sin solución de continuidad entre ellos. En el caso concreto de este disco, destaca también el ligero recorte en el extremo más agudo de los platillos de la batería. Digamos que se sacrifica algo de transparencia en beneficio de la famosa respuesta plana tipo BBC. De alguna manera, el recorte de la parte alta se corresponde con el recorte de la parte baja manteniendo en todo momento esa coherencia marca de la casa. Puede gustar más o menos, pero la idea es esa y no otra. Y tengo que decir que, a pesar de que de que estoy haciendo las pruebas de audición con un equipo 100 % de origen británico (Rega, Creek, Musical Fidelity, REL), no es con rock progresivo inglés con lo que mejor suenan las Graham sino con música folk americana y, especialmente, con flamenco. En el disco “Canto” (2003) de El Pele & Vicente Amigo, la voz del cantaor, perfecta en su posición, y la limpieza de la guitarra articulan una escena suficientemente profunda y muy bien definida. Curiosamente, a volumen un poco alto obtenemos una mayor sensación de inmersión dentro del ritmo conforme batería y percusiones nos hacen notar mejor su participación. Eso sí, no pretendamos organizar en una sala espaciosa una gran fiesta flamenca porque, una vez más, esa no es la idea.
Este rendimiento excepcional de los LS3/5 con voces nos lleva a querer probar con el vinilo de Rebekka Bakken “Things You Leave Behind” (2018). Asocio las Graham con mi subwoofer REL, pero al cabo de pocos segundos lo apago (además de no hacer falta, desequilibra un poco desplazando el peso hacia abajo innecesariamente). La grabación es muy buena y la noruega Bakken está en el punto culminante de su carrera. Sus melodías nos hipnotizan lo suficiente para hacernos olvidar de que estamos intentando hacer un análisis de producto. La cara B es más americana si cabe, pero también más íntima e introspectiva. En este momento crepuscular de la tarde y quién sabe si de nuestra propia existencia, llevamos muchas horas con las Graham y hemos disfrutado de lo mejor de cada disco. Y esa sí era, precisamente, la idea.
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