Trabajo y placer

Se trata de mi estudio de masterización en la comunidad de Madrid, pero también de mi sala audiófila, es decir, mi rincón de disfrute máximo del sonido en casa. Deep Wide Mastering es un proyecto vital que arranqué hace prácticamente una década, (aunque todo empezó a gestarse y prepararse mucho antes). Ha sido una empresa en la que he invertido mucho tiempo, esfuerzo y dinero, no sin un gran número de dificultades por el camino, pero prefiero quedarme con el resultado final, un sistema de sonido completamente full range, con un toque claramente vintage marcado por las cajas y etapa, fusionado con modernos sistemas digitales de reproducción de audio y todo ello aderezado con un equipamiento de masterización analogico de grado muy exigente.


El sonido del estudio ha pasado por varias etapas, donde B&W ha sido siempre protagonista, (no puedo negar que adoro el particular sonido grueso y elegante de esta firma, muy presente en un gran número de estudios a lo largo del planeta), pero ha sido desde hace un año, cuando incorporé las 802 Matrix y la etapa Classé más el sub de SVS, cuando he pasado de ser digamos un trabajador y enamorado del buen sonido, a lo que llaman un "audiófilo", y es que es simplemente indescriptible la emoción que puedo sentir en ocasiones escuchando todo tipo de musica en este entorno, una pequeña sala que ofrece sin embargo una sensación de sonido superlativo en todo el rango auditivo.


Estas incorporaciones fueron acompañadas de una serie de mejoras en la acústica, no fue sencillo adaptar un sistema como este a una sala de unos escasos 15m2, pero tras muchos quebraderos de cabeza ahora todo encaja como un guante, puedo escuchar con un alto grado de detalle el sonido tanto de producciones comerciales como de proyectos, en su máxima extensión. Al tratarse de una sala de masterización, donde uno debe analizar de manera crítica el sonido para dotar a la musica (entre otras muchas cosas) del balance tonal requerido, ha de ser un sistema realmente transparente y equilibrado, pero conseguido eso toca añadir despues los retoques necesarios para que la escucha se adapte en lo posible a mi gusto personal.


La razón de esto último es sencilla, en mi opinión el sonido tiene que transmitir tanta emoción como la propia música, si no es así, algo falla, algo falta... o sobra.


Creo sinceramente que en un trabajo así, uno no solo debe sentarse y "masterizar", sino que además debe "vivir la experiencia" de principio a fin, de lo contrario no tiene sentido. Además, los resultados suelen ser mejores cuando se disfruta plenamente de lo que se hace.


Estoy convencido de que los estudios de masterización y las salas Hi-Fi, audiofilas o como prefieran llamarlas, comparten una buena serie de elementos en común, difieren en otras cuestiones, por supuesto, pero prefiero mirar lo que nos une que lo que nos separa, es por ello que disfruto enormemente viendo las salas de muchos otros amantes del sonido como yo, profesionales, aficionados, megasalas de 50m2 o salones de cualquier hogar, totalmente indiferente, alguien que elige un sistema Hi-Fi o Hi-End para escuchar su musica favorita, siempre tendrá todo mi respeto y atención.


Un cordial saludo a todos los lectores y lectoras de Amigos HiFi.


Javier CC